Elecciones generales
Casado se marca como objetivo alcanzar el 23% de los votos para “asegurar” la suma con Cs y Vox
- Supone bajar el techo de Fraga, fijado en un 26,42% en 1982
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El candidato del Partido Popular a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado, se ha marcado como objetivo llegar al 23% del electorado en los comicios generales del 28 de abril, un porcentaje con el que ve “asegurada” la suma con Ciudadanos y Vox para conformar y liderar el futuro Gobierno de España.
Lejos del 33% que Mariano Rajoy se apuntó en las elecciones generales de 2016, ahora fuentes de la dirección nacional del PP remarcan que la situación a la que se enfrenta el ‘nuevo PP’ nada tiene que ver por la fragmentación que ha sufrido el centro-derecha. Ahora, la clave es ser líder en este espectro político y que den las cuentas.
Por ello, en Génova han fijado como reto llegar al 23% o el 24% del electorado, porcentaje inferior al que logró Manuel Fraga en 1989 (25,14%) o en 1986 (26,13%). “Si subimos 4 puntos las encuestas, la suma da” para formar Gobierno tras el 28-A, deslizan las citadas fuentes.
En la cúpula de los populares sostienen que con ese porcentaje se ubicarían en el escenario óptimo para mandar al candidato socialista, Pedro Sánchez, a la oposición. Para que las cuentas den si se cumple esta perspectiva, explican que Cs tendría que añadir unos 8 escaños a los 32 actuales y Vox entrar con aproximadamente 20 parlamentarios.
En este momento, desde el equipo del líder del PP estiman que están en una horquilla de 90 a 100 escaños, pero piensan que hay tiempo para convencer a parte del 40% de indecisos que estima el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y situarse en ese 23%, el porcentaje que manejan para empezar a hablar de pactos y, en su caso, gobernar.
Aducen que no habría problema para formar Gobierno si PP se apunta como mínimo unos 110 diputados, aunque el problema –reconocen fuentes populares consultadas−podría venir por parte de Cs si este partido se estanca. En todo caso, los populares descartan que Vox tome la avanzadilla a la formación naranja.
Están convencidos de que el partido de Santiago Abascal “no va a dar para tanto” y abundan en que el PSOE “no está tan arriba”. Insisten en este punto en que Podemos tiene margen para subir y comer parte del electorado los socialistas, a los que ven cómodos y triunfalistas durante la caravana.
En el equipo de Casado se muestran optimistas, se ven “cerca” de conseguir la suma a pesar de que “queda partido por jugar” y admiten que los últimos días serán decisivos para llegar a los indecisos y convencerles de que su proyecto es “más útil” que el de Cs o Vox.
Señalan así que la lucha contra la dispersión del voto se jugará sobre todo tras la Semana Santa e incluso en los tres días previos a los comicios. Ahí será, transmiten desde Génova, cuando el votante repose a qué opción política entregar su papeleta el 28 de abril.
En todo caso, opinan que su mensaje empieza a “cuajar” y que no son pocos los que se están “reenganchando” a unas siglas de las que se sentían desconectados y sopesaban castigar por la gestión anterior. Su sensación es que la calle ya empieza “a responder”.
Tras semanas de tono “duro”, porque esa era la estrategia de precampaña para marcar distancias con los competidores directos y erigirse en “la única alternativa”, en la dirección popular dicen que ahora quieren volver al “espíritu de las primarias del PP”.
Explican que ese espíritu supone retomar un tono “de ilusión” y pasa por enfatizar que el PP es un partido “centrista, abierto y moderado”, pero sin dejar de lado que Sánchez es el “verdadero rival” a batir en las elecciones generales.
Además, creen que juega a su favor haber presentado el programa electoral antes que el PSOE o Cs, porque aducen que en campaña las propuestas pueden diluirse. En este contexto, bajo la creencia de que “la gente empieza a reengancharse”, Casado sigue recorriendo España con varios actos al día para “reenamorar” a exvotantes.
(SERVIMEDIA)
17 Abr 2019
MFN/caa