Juicio Procés

Un policía recuerda a la exconsejera Ponsantí el 1-O sentada en Educación “gritando que esta era su casa”

- En la escuela Augusta de Barcelona dos vehículos camuflados se llevaron las urnas, mientras “los mossos lo contemplaban todo”, relató un agente

- En la escuela Dolors Monserdà había una urna "escondida en una cámara frigorífica", aseguró otro

MADRID
SERVIMEDIA

Un total de cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía han declarado hasta el momento este martes como testigos en el juicio del ‘procés’. Uno de ellos relató que en el departamento de Educación en Barcelona “había una señora sentada en el suelo gritando que esta era su casa”. Posteriormente, agregó, “he sabido que era Clara Ponsatí”, la entonces consejera del Gobierno de Carles Puigdemont, actualmente huida en Escocia.

Ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes del independetismo, uno de los agentes que intervino en el distrito Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona relató que en la sede de Educación había “una señora sentada en el suelo gritando, diciendo que esta era su casa”. “Avisamos al instructor del acta y él se acerca para hablar con ella”.

A posteriori, agregó, “he sabido que era Clara Ponsatí”, y junto a ella había dos hombres, pero en el momento “no pude saber si eran escoltas”. Posteriormente le comentaron que uno de ellos se había identificado como compañero. Allí se requisaron “urnas y material informático”.

Este mismo agente explicó que en la escuela Dolors Monserdà “un señor se identificó como abogado y pidió leer el auto”. otro agente que también intervino en este centro relató este mismo hecho y apuntó que el abogado estaba en una actitud “poco colaborativa”. Había una “masa” de gente sentada y “gente subida a la valla insultando”. “La UIP les retiraba, se saltaban el cordón y volvían a entrar”, la situación en este colegio “fue un poco compleja”, explicó. Una vez dentro, apuntó, “me consta que una urna estaba escondida en una cámara frigorífica”.

Posteriormente, en la escuela Augusta vio a “mucha gente cantando ‘Els Segadors’ como esperando el escrutinio”, más tarde “la gente salió, cerraron el colegio y una patrulla de Mossos estaba en una esquina contemplando lo que estaba pasando”. El testigo describió como llegaron dos vehículos camuflados, uno de ellos, “un ‘Seat Ibiza’, metió las urnas en su interior” mientras “los mossos lo contemplaban todo”.

Otro de los testigos intervino en la escuela Pía San Antonio, donde aseguró que había “mucha hostilidad” y recibió una patada en la mano. Para desalojar a la gente que impedía el acceso, explicó, hizo uso de la defensa reglamentaria “cuando tuve que auxiliar a compañeros”, ya que había una “actitud de enfrentamiento físico”. Posteriormente, en el centro Pau Claris les tiraron “vallas y material de obra”, e incluso, añadió, “tuvieron que dar protección al furgón”, aunque aclaró que desconocía si alguno de los objetos alcanzaron a los compañeros. A su juicio, las personas allí concentradas “estaban preparadas”. Sin embargo, apuntó, “en ningún momento vi golpes en el suelo, ni lanzar a nadie”.

En el último centro que intervino fue en la escuela Mediterránea, donde formó parte de la columna que habilitó el pasillo para acceder. Relató que usaron la defensa reglamentaria “como contención”, es decir, “vi hacer uso pero no vi golpeo”.

“LA UNIDAD REQUISÓ UNA URNA Y UNA FLOR”

Otro de los agentes que acudió a declarar como testigo fue un inspector del Cuerpo Nacional de Policía que intervino en Tarragona. En el centro cívico Campclar relató que, durante el forcejeo, fue golpeado en las costillas, por lo que tuvo que recibir asistencia médica. “Me diagnosticaron un fuerte golpe, que podía ser una pequeña fisura. Estuve dos o tres semanas dolorido”, dijo.

Más tarde, en Sant Pere i Sant Pau, había “unas 50 o 60 personas” sentadas en la puerta metálica y otro grupo detrás. Para evitar lesiones, explicó, “estuvimos negociando, en concreto con una persona uniformada como bombero”.

Después su unidad entró en el IES Tarragona, donde se produjeron “mayores incidentes”, ya que en el patio había “unas 300 personas”. Cuando “vieron que nos superaban en número se abalanzaron sobre nosotros” y “nos lanzan botellas de agua, mecheros, piedras, escupitajos…”, aunque no les alcanzaron. “¿Recuerda si se golpeó o se arrastró a la gente por el suelo?”, le preguntaron las defensas. “No recuerdo arrastrar a la gente por el suelo, ni patadas, ni puñetazos”, aseguró, aunque “recuerdo una agresión a un compañero. Le dieron una patada en los testículos”. Por último, en el centro de votación de los servicios de Urbanismo forzaron la puerta y la unidad a la que acompañaba “requisó una urna y una flor”, explicó.

(SERVIMEDIA)
16 Abr 2019
ICG/SGR/caa