Ante el inicio de la carrera del líder del PP, Pablo Casado, hacia la Presidencia del Gobierno de España, fuentes de la cúpula popular se muestran optimistas y no dan crédito a los sondeos que vaticinan una abrupta caída de escaños. Es más, se escudan en el 40% de indecisos que estima el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para decir que está casi todo por escribir.

Las fuentes consultadas recuerdan que el PP siempre ha tenido voto oculto, pero sostienen que ahora “más que nunca” precisamente por la fragmentación del espacio tradicional del centro-derecha. “Una persona con colesterol no había tenido nunca tres yogures que supuestamente se lo quitaran”, apuntan desde Génova a modo de metáfora.

Aluden así a las dudas que pueda tener el electorado a la hora de elegir entre “un yogur de siempre, uno de bífidus activo y otro de marca blanca”. “Algunos recordaran que el original una vez les sentó mal” aunque sea “el mejor”, dicen sobre los defraudados o cabreados con el PP que puedan estar pensando dar su papeleta a Vox o a Ciudadanos.

CORTEJO

Así las cosas, taponar fugas de votos es el principal objetivo del líder de los populares a lo largo de su cuarta vuelta a España, aunque su intención es ir más allá y esmerarse en cortejar y hasta “reenamorar” al votante. En palabra de Casado, ya se ha “tomado nota” de lo que se hizo mal en el pasado y ahora puede decir alto y claro a estos ciudadanos que “el PP sigue siendo su casa”.

Precisamente por ello, las fuentes consultadas ven decisiva esta campaña electoral para conquistar a los crispados por la anterior gestión del PP, bajo el mandato de Mariano Rajoy. “Este partido sabe hacer campañas, cuando se activa es como un transatlántico”, presumen mientras anticipan infinitas apelaciones a concentrar el voto en estas siglas.

En el PP desdeñan el impacto de Vox y Cs y aseguran que quienes lideran “de verdad” el impacto de la campaña, también en las redes, son el PP y el PSOE. “Una vez que zarpa, el PP es como un engranaje suizo”, trasladan con la convicción de que “no se pueden ganar elecciones sin bajarse del Falcon”.

Precisamente, otro de los ejes de la campaña será repetir hasta la extenuación que el presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, es “un peligro público” en un momento en el que hay que asegurar el porvenir económico del país y la integridad territorial frente al desafío secesionista.

Ven a Sánchez cómodo en esta campaña y se aventuran a decir que “cuando uno no se arriesga, sale mal y no tiene efecto”, refiriéndose sobre todo a la negativa del secretario general los socialistas a debatir cara a cara con el líder del que ahora es el principal partido de España con 50 escaños por encima.