Son las palabras del agente de la Guardia Civil que participó en el registro de las naves en el polígono industrial de Can Barris, en el municipio de Bigues i Riell el 20 de septiembre de 2017, donde se encontraron más de nueve millones de papeletas. Durante el registro, en la nave 18, en la que estaba presente el detenido Pau Furriol, propietario de la nave, encontraron “abundante material en cajas, había octavillas para la votación, estaban en catalán, en castellano y en aranes”. Además, continuó, “había sobres con el membrete de la Generalitat para la constitución de la mesa electoral, actas de escrutinio, carteles identificativos de local electoral y mesa”. En total, apuntó, “creo recordar que había nueve millones de papeles”, que se trasladaron en ocho furgones a dependencias judiciales.

Según el relato del testigo, los problemas aparecieron cuando finalizaron el trabajo en la nave, debido al número de gente que había concentrada en las inmediaciones. “Mi superior me ordena que acompañemos al letrado a las dependencias judiciales. Ya había congregada mucha gente y los compañeros del GAR (Grupo de Acción Rápida) le dijeron que estaba la cosa complicada". Por este motivo, cuando iban a salir, añadió, “nos dicen que nos quitásemos el chaleco para no ser identificados entre la masa de gente”. El letrado de la Administración de Justicia “se tapó completamente la cara porque tenía miedo".

“Yo no he vivido el conflicto vasco, gracias a Dios, pero me han dicho compañeros veteranos que los inicios del conflicto vasco se asemejaban mucho, por la cara de odio que tenían”, afirmó. En este momento fue interrumpido por el presidente del Tribunal, Manuel Marchena, quien pidió al fiscal Jaime Moreno que continuase con las preguntas.

Preguntado por los incidentes que estaban ocurriendo en el exterior, el testigo continuó: “Se me grabó la cara de odio de un señor mayor, como un odio extremo a nosotros, como si le estuviésemos quitando algo de su familia”. Al paso de la comitiva, indicó, había “escupitajos, lanzaban agua, zarandeaban el coche…”. Ante esta situación consideró que los agentes del GAR estaban haciendo un “trabajo excelente”, pero “no pudieron hacer nada, porque no daban abasto”. Entre los gritos de los congregados, aseguró, que hubo quien gritaba “fuera las fuerzas de ocupación” y “os mataremos”, ante el gesto de sorpresa del abogado Jordi Pina. Minutos más tarde, a sus preguntas, le indicó que explicó a su superior los gritos amenazantes que recibieron, a pesar de que este no los incluyó en el atestado.

Sobre estos hechos, también a preguntas de las defensas, explicó que recuerda haber visto en las fotografías cómo sus compañeros dialogaban con los concentrados para que se levantaran del suelo, pero aseguró que no recordaba haber oído las amenazas en los vídeos que posteriormente ha visto y que tampoco hubo agentes lesionados.