La obra desglosa a través de 278 páginas las "poses psicológicas" de las personas y "caricaturiza con breves pinceladas las formas de ser y traza biografías personales a vuela pluma". El libro intenta ser divertido "para sonreír, para pensar, para sentir" a modo de "juego entretenido y divertido" en el que el lector puede sentirse identificado con el esbozo que realiza de algunos tipos de caracteres o ver plasmadas a otras personas a lo largo de las páginas.

Tras una larga carrera profesional dedicada a conocer y a ayudar a muchas personas, Urra ha elaborado este "diccionario, simpático, discutible y esclarecedor" con el que pretende ahondar "en nuestra tendencia natural al voyeurismo y a sacar conclusiones basadas en la apariencia".

La obra enumera toda clase de caracteres, desde el narcisista que "se ama a sí mismo y exige agradecimiento eterno" hasta el domador, a quien "le puede el ansia de dominio, de control sobre la pareja".

También aborda el Don Juan, el fanático, el nacionalista, el quejicoso, el sentencias, el inseguro, el paradojas, el vago, el enterrador, el arrepentido, el alucino, el menguante, el soplagaitas, el airbag, el korrecolari, el meapilas, el zopenco, el hombre orquesta, el muelle, el hazmerreír, el cuñao, etc.

Sobre todos ellos da explicaciones que ayuda a detectarlos y conocerlos fácilmente, pero también aporta consejos para salirse de las costuras y ser más feliz a la vez que facilita ser más felices a los demás.

Javier Urra es doctor en Psicología, doctor en Ciencias de la Salud y Pedagogo Terapeuta. Desde 1985 trabaja como psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid, aunque actualmente se encuentra en excedencia voluntaria. Fue el primer Defensor del Menor en España y presidente de la Red Europea de Defensores del Menor. A lo largo de su trayectoria ha publicado decenas de libros sobre psicología, educación y relaciones entre padres e hijos.