Así lo indican los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2018 presentados este martes por la presidenta de Transparencia Internacional España (TI-España), Silvina Bacigalupo, y los miembros del Comité de Dirección Manuel Villoria y Jesús Sánchez en la sede de la Fundación Ortega y Gasset-Marañón.

La puntuación del IPC correspondiente a un país o territorio indica el grado de corrupción en el sector público según la percepción de empresarios y analistas del país. La puntuación se sitúa entre 100 (percepción de ausencia de corrupción) y 0 (percepción de muy corrupto).

SITUACIÓN EN ESPAÑA

Según este ranking internacional, España ocupa el puesto 41 de los 180 países evaluados, de manera que mejora levemente el resultado alcanzado en el año 2017, cuando obtuvo su peor resultado con una puntuación de 57 sobre 100, que le situó en el puesto 42.

Anteriormente, España obtuvo un 58 (puesto 41), un 58 (puesto 36), un 60 (puesto 37), un 59 (puesto 40) y un 65 (puesto 30), en 2016, 2015, 2014, 2013 y 2012, respectivamente.

Sin embargo, Bacigalupo explicó que la diferencia de un punto respecto al año anterior "no es estadísticamente significativa", ya que para advertir una "mejora real" esta tendencia "tendría que mantenerse en el tiempo".

Con esta calificación, España se sitúa en el cómputo global junto a Georgia, Letonia, San Vicente y Las Granadinas y en el ámbito de la Unión Europea se ubica, junto a Letonia, en el puesto número 20 de los 28 países.

Para la presidenta de TI-España, este es el dato "más preocupante", porque desde 2012 España ha caído del puesto número 12 al 20 a nivel europeo. En concreto, en 2018 España se encuentra por debajo de Chipre y República Checa, países con los que compartía la misma puntuación el año pasado.

Además, Bacigalupo expresó que una economía como la española, que se sitúa entre las 15 primeras del mundo, "no debería estar por debajo de los 70 puntos en el IPC si quiere mantener su imagen y competitividad".

"LA REGENERACIÓN NO HA SIDO EFECTIVA"

Por su parte, Villoria indicó que "la regeneración democrática prometida en la moción de censura no ha sido realmente efectiva". El integrante del Comité de Dirección de TI-España criticó que el Gobierno de Pedro Sánchez, tras promover una moción fundamentada en la corrupción del entonces Gobierno del PP, no haya tomado"medidas sustanciales" en esta materia.

"Es cierto que es un gobierno con una mayoría parlamentaria muy débil, pero esperábamos que por lo menos se lanzara en la estrategia frente a la corrupción de acuerdo con la Convención de Naciones Unidas", explicó Villoria. En este sentido, la presidenta de TI-España apuntó que "una debilidad parlamentaria no debería ser un handicap para sacar con consenso de las fuerzas políticas un plan integral en la lucha contra la corrupción".

Respecto a las reformas necesarias, Transparencia Internacional reclamó un plan integral de lucha contra la corrupción. "Apostar por el Código Penal como la gran herramienta es un error, porque siempre llega tarde", por lo que "es necesario trabajar en la prevención", subrayó Bacigalupo.

Por su parte, Sánchez explicó que es necesaria una reforma de la Ley de Transparencia, implementar el reglamento de dicha normativa, promover un sistema legal de protección a las personas denunciantes y la regulación de los lobbys, entre otras reformas. "Mientras esto siga así se mina la democracia", resaltó.

AUGE DE LOS EXTREMISMOS

Asimismo, Villoria destacó que el deterioro en la confianza en las instituciones es uno de los aspectos que "explica que determinadas políticas extremistas estén entrando en los parlamentos autonómicos, en consecuencia empiecen a tener éxito y se sitúen en el centro de la vida política nacional".

Se trata, añadió, de una serie de representantes políticos que, tanto a nivel nacional como internacional, "probablemente no asumen los valores democráticos o usan las emociones para generar pulsiones irracionales que pueden llevar a conflictos de convivencia".

En palabras de la presidenta de TI-España, esto se explica porque "han adoptado el discurso en la lucha contra la corrupción pero no han adoptado la agenda". Por este motivo, TI-España insistió en que "luchar contra la corrupción es una forma de luchar por la democracia, de reivindicarla y de recuperar la legitimación de sus instituciones basadas en sus valores esenciales".

DATOS A NIVEL GLOBAL

En las primeras posiciones del IPC se encuentran Dinamarca y Nueva Zelanda, con 88 y 87 puntos, respectivamente, mientras que los últimos puestos son ocupados por Somalia, Siria y Sudán del Sur, con 10, 13 y 13 puntos, respectivamente. En cuanto a las regiones, Europa occidental y la Unión Europea tiene las mejores puntuaciones (66 puntos de media) y África es la que cuenta con la media más baja (32 puntos).

Desde 2012, solo 20 países han registrado "mejoras significativas", entre los que se encuentran Argentina, Senegal y Costa de Marfil. Por el contrario, en países como España, Australia, Chile, Hungría, Turquía y Malta las puntuaciones "han empeorado significativamente".