Así se desprende de la actualización de la ‘Estadística de los títulos hipotecarios del mercado español’ correspondiente al cierre de 2018 que publicó este miércoles la Asociación Hipotecaria Española.

Según los datos de la estadística, el saldo vivo del total de títulos hipotecarios en circulación a cierre de año ascendía a 311.991 millones, 5,3% menos que en 2017, “en sintonía con la tendencia a la baja que lleva registrando este pasivo bancario desde aproximadamente 2012”.

Del total, el saldo vivo de las cédulas hipotecarias registró una caída de 2,2%, como consecuencia de la “nula” actividad inversora registrada mediante la figura de las cédulas hipotecarias multicedentes y del “moderado” dinamismo de la actividad de las cédulas hipotecarias singulares.

En cuanto a los activos hipotecarios titulizados, la cartera viva en circulación sufrió una pérdida anual, en valores absolutos, de 12.700 millones de euros, que sitúa su saldo en 100.238 millones a cierre de ejercicio (-11%). Desde 2008, la cartera de bonos hipotecarios titulizados acumula una pérdida de 86.521 millones.

En cuanto a las emisiones, la estadística refleja que a lo largo del 2018, el valor de los títulos hipotecarios emitidos por el sector bancario (cédulas hipotecarias y activos hipotecarios titulizados) alcanzó los 20.190 millones de euros frente a los 34.968 millones observados en 2017. Esta caída supone un “importante” retroceso de un 42,3%, según la Asociación Hipotecaria Española.

Las cédulas hipotecarias se mantienen como el instrumento de refinanciación más recurrente, representando el volumen emitido un 99%, que asciende a 19.935 millones de euros; y los bonos de titulizacion hipotecaria descendieron un 94,9%, pasando de registrar un volumen en 2017 de 4.968 millones a representar apenas 255 millones de euros en 2018.

Esta asociación puso de relieve que “la fotografía actual difiere sensiblemente de la situación vivida en los años inmediatamente anteriores al periodo de recesión, donde la titulización hipotecaria mantenía una senda ascendiente, consolidándose en 2008 como el principal medio de financiación para el sector bancario”.