Así consta en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha presentado este lunes al Congreso de los Diputados. Las necesidades de financiación del Estado se derivan del déficit de caja del Estado, de la variación neta de activos financieros y de otras necesidades especiales de financiación, e incluyen

el préstamo que el Estado va a conceder a la Seguridad Social por importe de 15.164 millones de euros. En términos netos, deducidas amortizaciones, el Tesoro espera elevar el saldo en aproximadamente 35.000 millones de euros, cuantía similar a la contabilizada el pasado ejercicio.

En la rueda de prensa los responsables de Hacienda indicaron que se buscará minimizar la emisión, continuar con la estrategia de alargar los vencimientos y tratar de conseguir ahorros con menores colocaciones que podrían revertir en inversiones en otras partidas.

Se prevé que en la cartera de Deuda del Estado en circulación descienda ligeramente la participación de las Letras del Tesoro, hasta el 6,8 por ciento, y aumente la de los Bonos y Obligaciones del Estado, hasta el 89,7 por ciento, precisamente por este ejercicio de intentar alargar la vida media de la deuda.

Los presupuestos prevén que el saldo vivo en circulación pase de 1,003 billones de 2018 a 1,039 billones al cierre de este ejercicio. La cuantía se reparte entre 70.500 millones en emisiones en Letras, 932.200 millones en Bonos y Obligaciones, y 37.100 millones en otros sistemas de financiación.

SUBIR LA VIDA MEDIA

El Tesoro estima que la vida media de la cartera de deuda del Estado "se mantenga o supere la alcanzada en el año anterior", y cree que quedará situada entre 7,4 y 7,8 años para el cierre del presente ejercicio.

El plan presupuestario prevé que el valor de la deuda medido en porcentaje de PIB se reducirá al 95,4%, frente al 96,9% con que ha cerrado 2018 y lejos del 100,4% que llegó a representar en el ejercicio 2014, conforme adelantó ya el Gobierno el pasado viernes tras la celebración del consejo de ministros.

En cuanto al coste, los presupuestos elevan la asistencia en el pago de los intereses de la deuda a 31.398 millones de euros, cuantía un 0,5% inferior a la proyectada en las cuentas de 2018 y que supone un 8,6% del gasto total presupuestado (era el 8,9% el año previo), aunque en Hacienda refirieron que optimizarán la gestión para tratar de conseguir ahorros mayores.

El Presupuesto reconoce que la "normalización" de la política monetaria del BCE "puede provocar un ligero aumento de los costes de las nuevas emisiones, sobre todo en los plazos más cortos", pero confía en que tenga un impacto "muy limitado" sobre la carga financiera ante la reducción del porcentaje total de deuda que debe refinanciar anualmente.

El coste medio de las emisiones efectuadas por el Tesoro durante el pasado ejercicio se situó en el 0,65%, ligeramente inferior al 0,62% promedio para el conjunto de 2017. El coste medio de la cartera viva global se ha reducido en paralelo del 2,55 al 2,39%.