De esta manera, según ha podido saber Servimedia de fuentes gubernamentales, el aeropuerto barcelonés sigue la estela del madrileño, que desde 2014 lleva el nombre de Adolfo Suárez, otro de los políticos referentes en la Transición.

Antes del cambio de nombre de Barajas, el único español que contaba con este honor era el poeta Federico García Lorca, que desde el 13 de junio de 2006 da su nombre al aeropuerto de Granada-Jaén.

Además, hay otras dos personas que se asocian con el nombre de sendos aeropuertos. Se trata de Pablo Ruiz Picasso, con el aeropuerto de Málaga, y de la reina Sofía, con el de Tenerife Sur, aunque en estos casos la denominación no es oficial, como sí ocurre con Granada-Jaén y Madrid-Barajas.

En el extranjero son múltiples los ejemplos de aeropuertos dedicados a políticos importantes en su tiempo. Algunos ejemplos son el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy en Nueva York, el Charles de Gaulle en París, el Indira Gandhi en Nueva Delhi, el Ataturk en Estambul, el Benito Juárez en México DF, el David Ben Gurión de Tel-Aviv o el Yasir Arafat de Rafah.

FERROCARRIL

Por otro lado, en España hay varias estaciones de ferrocarril que cuentan con nombres de personas. El primero en dar su nombre a una estación fue el histórico político socialista Indalecio Prieto, quien fue ministro de Obras Públicas en la Segunda República y cuyo nombre completa el de la estación de Bilbao-Abando desde septiembre de 2006.

Posteriormente, en noviembre de ese mismo año la filósofa María Zambrano prestó su nombre a la nueva estación de ferrocarril de Málaga, que fue construida para acoger la llegada del AVE en 2007.

Además, otras estaciones de AVE o larga distancia inauguradas recientemente cuentan con nombres de pintores como Fernando Zóbel en Cuenca o Joaquín Soroya en Valencia. También de santas como Rosa de Lima en Burgos o de poetas como la estación de Orihuela (Alicante) renombrada para dar su nombre a Miguel Hernández.

Además, está dedicada al poeta Antonio Machado la estación del AVE en Segovia, aunque en este caso no utiliza su nombre, sino el de Guiomar, su amor platónico al que dedicó varios poemas.