Cine

Juan Manuel Cotelo estrena película sobre el perdón: “La clave para perdonar es el deseo”

-Presenta en los cines ‘El mayor regalo’ sobre el perdón de víctimas de atentados terroristas y genocidios

-Una de las protagonistas es la española Irene Villa, a la que ETA casi asesina en 1991 con un coche bomba y a la que dejó sin piernas

MADRID
SERVIMEDIA

El director de Cine Juan Manuel Cotelo estrena este fin de semana la película ‘El mayor regalo’, un relato de historias reales sobre el perdón en la que muestra la capacidad de reconciliación del ser humano tras sufrir dramas tan extremos como el maltrato infantil, el terrorismo y el genocidio u otros aparentemente más sencillos y comunes como la ruptura matrimonial. “La clave para perdonar es el deseo”, proclama.

En una entrevista a Servimedia, Cotelo explica que su última película se titula ‘El mayor regalo’ porque el perdón merece esta consideración. “Los griegos dicen que el mayor regalo es el perdón porque en griego la palabra perdón viene de otras dos: ‘hyper’, que significa lo máximo; y ‘don’, que significa regalo. Y si lo piensas, es difícil encontrar algo que merezca más la palabra regalo que el perdón”.

Cotelo ha rodado este largometraje, financiado a través de crowdfunding, tras entrevistar a víctimas de maltrato infantil como el francés Tim Guènard, del terrorismo como la española Irene Villa, y de la separación matrimonial como los mexicanos Gabi y Francisco. También muestra que la reconciliación es posible desde el testimonio del terrorista irlandés del IRA Shane O´doherty, de asesinos arrepentidos de las FARC en Colombia o de responsables del genocidio en Ruanda.

En sus viajes por todos estos países, Cotelo ha buscado una historia de odio que fuera “imperdonable” pero ha encontrado casos increíbles de reconciliación entre personas que se detestaban. “Pensaba que en Ruanda era imposible que se diera el perdón porque hubo 800.000 asesinatos en un país de 3 o 4 millones de habitantes. Se puede decir que llegas a ‘Hatetown’, a la ciudad del odio, porque piensas que los que han sobrevivido están odiando. Sin embargo, pasan los años y ves un clima de paz”, relata.

La idea para elaborar esta película no fue suya y, precisamente, surgió en Colombia. Allí le llamaron varios presos que estaban cumpliendo condena por decenas de asesinatos y que deseaban pedir perdón. “Estaban en la cárcel de La Picota” y las acompañó al encuentro “cara a cara con sus víctimas” para rodarlo y demostrar que aquello era posible.

Cotelo ha descubierto que “tanto el que pide perdón como el que es perdonado pasa por una fase en la que piensa que es imposible y que no puede perdonar o pedir perdón tras matar a muchas personas” pero la película muestra que es posible a pesar de que los protagonistas, que han sufrido dramas personales reales y muy graves, han atravesado “un punto de oscuridad” que ha durado poco o mucho tiempo. Sin embargo, han acabado llegando al “punto de giro” que les ha permitido perdonar.

“El deseo de perdonar es el primer paso y el más gordo de todos. Hay veces que es inmediato y el caso de Irene Villa es así. Su madre poco después del atentado le dijo que tenía derecho a pasar el resto de su vida llorando y odiando o que podía perdonar y tratar de ser feliz. Ella lo pensó de inmediato y dijo: ‘mamá he nacido sin piernas'. Y no mira atrás, mira adelante”.

REFLEXIÓN DESDE EL HUMOR Y LA SONRISA

La película afronta un tema tan profundo y humano como el perdón pero lo hace “con humor” y sorpresas que sacan la sonrisa del espectador en varios momentos a lo largo de sus 105 minutos. De hecho, arranca en el rodaje de un ‘farwest’ en el que dos pistoleros están a punto de enfrentarse en duelo a muerte y que es el origen del viaje que Cotelo emprende por Francia, Irlanda del Norte, México, Colombia y Ruanda. “Me gusta cuidar tanto el fondo como la forma”, confiesa el director, consciente de que un buen solomillo atraviesa mejor la garganta “con un buen vino y no a palo seco”.

Cotelo declara a Servimedia que todos los directores de cine “apostamos por el ser humano” pero admite que él no se limita a denunciar casos de violencia o corrupción en sus películas, sino que mira más allá para “ofrecer una alternativa y una solución”. Así llegó a la conclusión de que para hablar del perdón debía mostrar al espectador casos reales de personas que han sido capaces de perdonar en situaciones extremas. "De este modo, el espectador sale con esperanza porque los seres humanos no somos tan malos y si lo somos tenemos solución”, concluye.

(SERVIMEDIA)
11 Nov 2018
PAI/gja