Borrell alerta de que la democracia representativa "pierde apoyo" en América Latina y previene contra los líderes "providenciales y autoritarios"

Madrid
SERVIMEDIA

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, alertó este martes de que la democracia representativa "pierde apoyo" en América Latina y previno contra la proliferación de mensajes de "mano dura" en determinados países de la región como respuesta a la combinación de "pobreza e inseguridad".

Así se pronunció el jefe de la diplomacia española durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, en la que expuso su visión y las políticas que piensa poner en marcha en relación con América Latina.

El ministro comenzó su alocución dejando claro, "aunque suene redundante", que América Latina representa una "gran prioridad" en la política exterior española, lo que convierte a esta región en una "política de Estado" al mismo nivel que la Unión Europea.

Explicó que América Latina vive un cambio promovido por un ciclo electoral que dibuja dos frentes: uno de centro derecha liberal y otro nacional populista. Alertó de que la democracia representativa "pierde apoyo" en la región, al tiempo que "reaparece la tentación de limitar derechos y libertades" fruto de la "desconfianza" hacia los partidos tradicionales y el atractivo hacia líderes "providenciales y autoritarios".

También llamó la atención sobre la carencia de un "tejido institucional sólido" que evite la violencia y las crisis internas en la región.

No obstante, aseguró que "no todo es preocupante" en América Latina, ya que allí se producen elecciones y relevos democráticos de gobierno, tiene lugar un crecimiento económico lento pero constante y emerge la clase media en países como Brasil, que propala reivindicaciones de tipo social y político, combaten la corrupción y hacen que sus países sean menos vulnerables a las crisis económicas.

Comentó que en la región se mantiene la "persistencia de la pobreza", a pesar de los logros que se han alcanzado en este terreno. Dibujó a los países latinoamericanos como de renta media, pero lamentó que pervivan "bolsas de pobreza" a unos niveles "inaceptables", ya que la pobreza extrema alcanza al 10% de la población y 220 millones de personas viven en riesgo de pobreza.

A su vez, consideró que la región es la "más desigual" y la "más violenta del mundo", con 400 muertes violentas diarias. Tras incidir en la corrupción que sacude América Latina, expuso que la fórmula que combina inseguridad y corrupción da como resultado el "caldo de cultivo" perfecto en el que se cuecen los "mensajes de mano dura" que ponen en peligro la democracia y los derechos humanos.

Por ello, se sumó a la "preocupación manifiesta y manifestada" por la UE tras lo escuchado durante la campaña electoral en Brasil que culminó con el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro.

Llamó la atención sobre la necesidad de respetar los derechos de las minorías, de proteger el medio ambiente tras la retirada de EEUU del Acuerdo de París y la anunciada retirada de Brasil del mismo y de salvaguardar la democracia, el Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos en la región.

Defendió mantener relaciones "con todos y cada uno de los países" de América Latina al margen de razones ideológicas, se felicitó de que la próxima Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Antigua (Guatemala) será la que cuente con más países asistentes en los últimos años y alertó de que si no se aprueban los Presupuestos Generales del Estado (PGE) será difícil aumentar las partidas destinadas a cooperación al desarrollo.

Por último, se refirió a la visita oficial que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizará a Cuba entre los días 22 y 24 de noviembre, que permitirá iniciar una "nueva etapa" en las relaciones bilaterales y "pasar página" de la posición común que ha infligido "mucho daño" a la relación entre España y Cuba.

Añadió su esperanza en que el jefe del Ejecutivo avance en la concreción de un periodo de consultas con las autoridades de la isla y llamó la atención sobre el hecho de que la sanidad y la educación cubana tienen un nivel más elevado que el del resto de países de América Latina, lo que no obsta para reconocer que los "estándares democráticos" en Cuba no son los deseables.

(SERVIMEDIA)
06 Nov 2018
MST/caa