Así lo indicó durante su intervención en la presentación de la ‘Memoria Anual 2017’ de accidentes y atropellos registrados en Madrid, donde añadió que en la capital “no se va muy rápido, pero se va más rápido de lo que se debe”.

Apuntó que un conductor que vaya a más de 50 kilómetros por hora “es incapaz de percibir con tiempo que un peatón va a cruzar”, por lo que “si consiguiéramos calmarnos en la conducción, la siniestralidad se reduciría enormemente”.

De este modo, añadió, “tenemos que potenciar la labor represiva, nos guste o no nos guste, además de controlar la disciplina viaria. Las normas están para cumplirlas y, si no se cumplen, hay que sancionarlo”.

En este sentido, comentó que en multitud de ocasiones los conductores implicados en accidentes o atropellos dicen que son fortuitos, “pero vienen condicionados por falta de atención y una velocidad inadecuada”.

Respecto a los radares de ‘semáforo rojo’, el portavoz de la Policía Municipal los calificó de “muy útiles”, porque “en Madrid parece que el semáforo en ámbar es para apretar el acelerador”.

A este respecto, comentó que los conductores cuando se acercan a este tipo de semáforos van reduciendo la velocidad “para evitar que les multen”, pero a la vez “posibilita que vayan a menor velocidad y se produzcan menos atropellos”.