Según destacó Caballero, “se trata de acuerdos muy importantes” que, además, “no ponen en riesgo la estabilidad presupuestaria del país” y que ayudarán a “cumplir con las cuentas del Reino de España”.

Para Caballero, los contenidos del acuerdo en lo relativo al uso del superávit municipal (que cifró en torno a los 6.000 millones de euros para el actual ejercicio), permitirá a los consistorios “llevar adelante el proceso de utilización del superávit de 2018 en 2019” y, añadió, “es de la mayor importancia, porque vamos a poder utilizarlo primero para escuelas infantiles, segundo para fomento del empleo y tercero para temas de vivienda”.

Se trata, a su juicio, de la respuesta a sus principales demandas, una respuesta que también llega en otra materia, la tasa de reposición de efectivos municipales, que se incrementa y da cumplimiento a la demanda de “tener efectivos que nos permitan hacer las tramitaciones con más seguridad y con más rapidez”. En este sentido, remarcó, “queremos tener más policía, más bomberos, más técnicos cualificados, más juristas, más ingenieros, más abogados y más economistas“

PLUSVALÍAS

Otro de los aspectos relevantes contenidos en el acuerdo es el que prevé que sea el Estado quien compense a los Gobiernos Locales por devolución de las plusvalías. Según subrayó el presidente de la FEMP, “se devolverá a todo aquel que tenga derecho a ello”, pero “la devolución deberá ir a costa del Estado, sufragado por la Hacienda estatal” porque, según puntualizó, “se trata de una Ley del Estado que anuló el Parlamento de España”.

La habilitación a los ayuntamientos para la elaboración de índices de precios de referencia de alquileres “para aquellos lugares donde éstos suban de forma desmesurada”, también recibió el reconocimiento de Caballero porque, “permitirá a los gobiernos locales facilitar un mercado de alquileres a precios asumibles”.

El acuerdo, explicó el presidente de la FEMP, contempla que, si este índice previese subidas elevadas “los ayuntamientos tendrán la prerrogativa de congelarlos, de poner un nivel máximo de alquiler”, algo que, según explicó, “ya se hizo en Londres y París”, donde el incremento de precios “imposibilitaba la vida de las familias en las ciudades”.