La Corporación rebajó las previsiones de crecimiento después del resentimiento del consumo, el frenazo en el crecimiento del turismo y el parón en el comercio global por las políticas proteccionistas.

Por ello, el Consejo previó un crecimiento aún menor para el 2019, de solo un 2,3%, y un descenso también en el aumento del consumo, que prevén que cierre el año en un 1,6%.

La estimación sobre el valor de la inflación para finales de año la situaron por debajo del 2%, debido al consumo más moderado.

Además, “la evolución del precio del petróleo y el entorno mundial de posibles restricciones arancelarías son causas determinantes del ligero incremento de la inflación”, según un comunicado del propio Consejo General de Economistas.

La Corporación también se mostró sorprendida por el dato de crecimiento del segundo trimestre de 2018 que se ha quedado en un 0,6% y recordó que ellos, igual que el Banco de España, preveían un aumento del 0,7%.

“Una de las claves de la ralentización del crecimiento es la pérdida de dinamismo del consumo privado, que solo aumentó el 0,2% en el segundo trimestre, frenando ritmos de crecimientos anteriores”, explicaron en un comunicado.