Astronomía
El telescopio Vista capta la nebulosa Carina, una de las más grandes de la Vía Láctea
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El telescopio de rastreo óptico e infrarrojo para astronomía (Vista) de la organización astronómica intergubernamental ESO, ha captado, desde el Observatorio Paranal de Chile, a la nebulosa Carina, una de las más grandes y brillantes de la Vía Láctea.
Según informa la propia organización en un comunicado, el Vista, que es el telescopio infrarrojo y de rastreo más grande del mundo, ha podido ver el interior de la nebulosa, situada a unos 7.500 años luz de distancia, en la constelación de Carina.
A partir de la observación de su emisión en luz infrarroja Vista pudo ver el interior de la nebulosa, una nube en constante evolución formada por gas interestelar y polvo apenas dispersos y, atravesando el gas caliente y el polvo oscuro que la envuelven, mostró miríadas de estrellas tanto recién nacidas como en sus últimas fases de vida.
Las estrellas masivas del interior de esta burbuja cósmica emiten una intensa radiación que hace que el gas circundante brille mientras que, por el contrario, otras regiones de la nebulosa contienen pilares oscuros de polvo que ocultan a las estrellas recién nacidas.
Con una extensión de unos 300 años luz, la nebulosa Carina es una de las regiones de formación estelar más grandes de la Vía Láctea y es fácilmente visible a simple vista con cielos oscuros aunque solo desde el hemisferio sur, dado que se encuentra a 60 grados por debajo del ecuador celeste.
ESTRELLA PECULIAR
Dentro de esta nebulosa, la estrella Eta Carinae representa un sistema estelar “peculiar” siendo el más energético de la región y uno de los objetos más brillantes en el cielo a lo largo de la década de 1830. En la actualidad está llegando al final de su vida a pesar de lo cual sigue siendo uno de los sistemas estelares “más masivos y luminosos de la Vía Láctea”.
El telescopio Vista añadió una detallada visión sin precedentes de un área grande de esta nebulosa, descubierta desde el cabo de Buena Esperanza por Nicolas Louis de Lacaille en la década de 1750, puesto que, según informó la ESO, su visión infrarroja es “ideal” para revelar las aglomeraciones de estrellas jóvenes ocultas dentro del material polvoriento que serpentea a través de la nebulosa Carina.
(SERVIMEDIA)
29 Ago 2018
MJR/pai