En declaraciones en Córdoba, Casado incidió en que las direcciones provinciales han de “garantizar la neutralidad y la libertad de voto” en la campaña electoral interna del PP. “Exijo juego limpio, que no se obligue a nadie a hacer uso de su voto en una dirección o en otra”, insistió.

“Si ya en la fase de votos (de la militancia) está habiendo presiones, imagínese lo que será cuando pueda salir una candidatura que a otros no guste…”, reflexionó el dirigente popular, antes de reivindicarse como el candidato de la “unidad” y asegurar que no se juntará con ninguna de las otras porque se ha presentado “para ganar”.

Es más, Casado llegó a decir que si gana el Congreso Extraordinario del PP, el del adiós a Rajoy, “nadie” va a perder. “Y eso es fundamental, si el partido no está unido perderemos las próximas elecciones”, señaló como aviso a navegantes.

En este punto, recordó el caso del PSOE y dijo que lo que no quiere ver son “las fractura que tuvieron Susana Díaz y Pedro Sánchez” en sus primerias, que “incluso pasaron factura a la propia presidenta de la Junta de Andalucía”. “¡Yo no quiero un partido dividido que sea solo de un parte, quiero un partido de todos!”, recalcó.

La suya, prosiguió, es la candidatura de la “integración generacional, ideológica y territorial”, la que no se conforma “ni con lo que dan las encuestas ni con lo que teníamos, porque con lo que teníamos nos han echado del Gobierno”. “Tenemos que volver a ampliar la base de voto y para eso tenemos que ir directamente al caladero de votos de Ciudadanos”, remachó.