Ecologistas en Acción concede estos premios coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este martes y fue establecido por la Asamblea General de la ONU en 1972 coicidiendo con la primera cumbre mundial medioambiental, que tuvo lugar en Estocolmo (Suecia).

Muchas instituciones públicas, empresas y otras entidades aprovechan el Día Mundial del Medio Ambiente para lanzar mensajes sobre las buenas acciones que emprenden en esta materia, pero Ecologistas en Acción utiliza esta cita para darle la vuelta a muchos de estos mensajes.

Desde 1992, Ecologistas en Acción ha concedido estos premios para distinguir a quienes hayan destacado más por su contribución a la destrucción del medio ambiente y compararlos con Atila, es decir, “por donde pasan no crece ni la hierba”.

PRIMER PREMIO

Este año, el primer galardón (Premio Atila 2018) es para la organización de reciclaje y gestión de rersiduos Ecoembes por “gestionar un sistema con unos resultados nefatos para el medio ambiente, que es causa fundamental de la contaminación de mares y playas”.

Otros argumentos de Ecologistas en Acción para ‘premiar’ a Ecoembes son “por falsear los datos datos del reciclaje de envases afirmando que se reciclan el 77% de los envases, cuando en realidad el reciclaje real no supera el 35%” y eximir a los envasadores de la responsabilidad ampliada del productor haciendo creer que por colocar el 'punto verde' en los envases acaba su responsabilidad en la puesta en el mercado de sus productos y envases.

“Financiar con el dinero de los consumidores costosas campañas de publicidad de lavado de imagen” y “hacer un intenso trabajo de ‘lobby’ frente a las administraciones para impedir o retrasar la implantación de un sistema de depósito, devolución y retorno de envases de bebidas, que es el único que garantiza la consecución de una recogida superior al 90% de los residuos de envases” son otros argumentos.

Además, Ecoembes ‘merece’ el premio por “constituirse en un feroz monopolio en la gestión de los envases impidiendo la libre competencia”, “amparar un sistema que dilapida los recursos naturales y obtiene unos materiales reciclados de bajísima calidad”; “el 'lavado verde' de la imagen de los envasadores, financiando y organizando campañas de limpieza del medio natural”, “adulterar los objetivos y el alcance del nuevo paradigma de la Economía Circular, restringiéndola a cambios tecnológicos y no sociales”, y “escamotear su contribución a la incineración de residuos ('valorización energética'), destino final de muchos de los envases recuperados”.

SEGUNDO PREMIO

El segundo galardón (Premio Caballo de Atila 2018) es para María Dolores de Cospedal “como responsable del Ministerio de Defensa y de las políticas militaristas españolas” debido a “las elevadas y desproporcionadas cifras del gasto militar” y la “falta de transparencia de su gestión, que se traduce en un enorme gasto militar oculto o en la proliferación de misiones exteriores sobre las que apenas hay información pública”.

Cospedal también es merecedora de ese premio por “su intención de duplicar el gasto militar en los próximos siete años respondiendo a las demandas de Donald Trump”; por “sus esfuerzos para mejorar la imagen pública del ejército y el militarismo a base de campañas publicitarias en medios de comunicación, desfiles o presencia militar en ferias infantiles-juveniles o en centros escolares”, y por “su pretensión de introducir contenidos específicos de adoctrinamiento militarista y patriótico en las aulas de educación primaria a través de una guía didáctica publicada junto con el Ministerio de Educación”.

Este año, y dado el contexto especial de un fin de Gobierno de Mariano Rajoy adelantado por la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, Ecologistas en Acción concede un accésit especial a las políticas ambientales de las dos legislaturas de Rajoy.