En un comunicado conjunto los gobiernos de ambos países anunciaron el acuerdo para “iniciar un proceso de normalización de sus relaciones diplomáticas en beneficio de sus ciudadanos, que están unidos por estrechos vínculos que deben preservarse”.

Por esa razón, ambos países convinieron el regreso “en los próximos días” de sus embajadores para “restituir los canales de diálogo diplomático entre los dos gobiernos, en el marco del respeto mutuo y del Derecho Internacional”.

Este anuncio se produce después de que el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Fernando García Casas, mantuviera la semana pasada una reunión con el viceministro para Europa del Gobierno venezolano, Yván Gil, en la que reconocieron la “conveniencia” de “normalizar” las relaciones entre España y Venezuela.

Esta reunión se produjo tres meses después de que ambos países expulsaran y declararan “persona non grata” a sus respectivos embajadores. Ambos reconocieron “discrepancias” y “visiones profundamente divergentes” aunque se mostraron de acuerdo en la “conveniencia” de “normalizar” un “diálogo bilateral” teniendo en cuenta los vínculos que unen a España y Venezuela.

En aras de normalizar las relaciones entre ambos países, Gil entregó a García Casas una carta del ministro de Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, para que se la traslade al jefe de la diplomacia española, Alfonso Dastis.

A su vez, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que “le hago un llamado a mi amigo Marianito Rajoy, vamos a arreglar esto”, mostrándose partidario de permitir el regreso a Caracas del embajador español, Jesús Silva, “siempre que haya respeto”.

Dastis habló con Arreaza la semana pasada para desencallar la enésima crisis diplomática que atraviesan ambos países.

No obstante, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países no modifica la posición del Gobierno español sobre los comicios previstos en el país caribeño del próximo día 20 de mayo.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, señaló en su reciente viaje oficial a Argentina que no reconocerá el resultado de los comicios y que la “única solución” para Venezuela pasa por “devolver la palabra” a los ciudadanos de ese país “sin amenazas”.

A pesar de ello, las autoridades españolas consideran pertinente poner fin a este ‘impasse’ en las relaciones diplomáticas con Venezuela teniendo en cuenta los vínculos históricos con ese país y a los más de 200.000 españoles que viven en el país caribeño.

El 25 de enero Venezuela declaró 'persona no grata' al embajador español “en virtud de las continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos de nuestro país, por parte del Gobierno Español", decía textualmente el comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano.

Esta decisión fue respondida por el Gobierno español al día siguiente declarando “persona non grata” y expulsando al embajador venezolano, Mario Isea, denunciando los insultos de Maduro al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien llamó “corrupto”, “racista” y “colonialista”.

El Gobierno venezolano se encuentra inmerso en una campaña para recomponer su posición ante la comunidad internacional. Prueba de ello es que el propio Arreaza se ha reunido en Bruselas con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en la que defendió las “garantías” del sistema electoral venezolano ante las elecciones en Venezuela el próximo 20 de mayo.