Así se pronunció Sánchez durante su intervención en la Asamblea Abierta con la Ciudadanía que los socialistas celebraron en Madrid, en la que mostró su preocupación por la “situación de emergencia” que atraviesa el sistema de pensiones.

Llamó la atención sobre la gravedad de que el Gobierno haya pedido un crédito de 15.000 millones de euros para financiar las pensiones en 2018 y le afeó que se dedique a “pagar las pensiones de hoy con los impuestos que tendrán que pagar las generaciones futuras”.

Criticó el “discursos de las derechas” –PP y Cs- a las que describió librando una “guerra fría” por el poder y por el reparto de los escaños y reiteró su propuesta de crear un impuesto “extraordinario” a la banca para financiar las pensiones.

También lamentó que aquellos que se oponen a esta medida son los mismos que “esquilmaron” el fondo de reserva de la Seguridad Social.

Por ello, elevó el tono para aseverar que “si el Estado rescató a la banca, la banca rescatará a nuestro sistema de pensiones”.

Afirmó que las pensiones son la “clave de bóveda” del Estado de bienestar de un país que se enfrenta a una pirámide demográfica caracterizada por una baja tasa de natalidad y una alta esperanza de vida y apeló a la necesidad de poner en marcha políticas de “familias” y encaminadas a favorecer la conciliación laboral.

Alertó del "riesgo político" que supone que la derecha “debilite los ingresos de la Seguridad Social”, “precarice los contratos” de los trabajadores, “esquilme el fondo de reserva” y reforme el sistema de pensiones consolidando el 0,25% de crecimiento anual de las pensiones.

Por último, reiteró que la propuesta de crear un nuevo impuesto extraordinario a la banca para financiar el sistema de pensiones es de “justicia social” y permitirá recaudar 2.000 millones de euros.