La fotosíntesis de las plantas surgió hace 1.250 millones de años
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El proceso por el que las plantas transforman la energía solar en energía química para alimentarse, conocido como fotosíntesis, se estableció hace unos 1.250 millones de años, con lo que el periodo denominado ‘Boring Billion’ (‘aburrido mil millones’ sería su traducción literal) no fue tan anodino en la Tierra.
Así se recoge en un estudio realizado por 11 investigadores de Canadá y Estados Unidos y publicado en la revista ‘Geology’, a partir del análisis de los fósiles de algas más antiguas del mundo, que datan de hace unos 1.000 millones de años.
El estudio podría resolver un antiguo misterio sobre la edad de las algas fosilizadas ‘Bangiomorpha pubescens’, descubiertas en rocas del Ártico canadiense en 1990. Se cree que se trata del organismo microscópico más antiguo conocido y antepasado de las plantas y los animales modernos, pero su edad apenas estaba fechada porque oscilaba entre 720 millones y 1.200 millones de años.
Este hallazgo se suma a la evidencia reciente de que el intervalo histórico conocido como ‘Boring Billion’ (que duró entre hace 1.800 millones y 800.000 años) pudo no haber sido aburrido. Entonces, las arqueas, las bacterias y un puñado de organismos complejos que se extinguieron y se movían alrededor de los océanos del planeta tuvieron pocos cambios biológicos o ambientales. Sin embargo, esa era pudo haber preparado el escenario para la proliferación de formas de vida más complejas que culminaron hace 541 millones de años con la llamada ‘explosión cámbrica’.
“Se está empezando a construir la evidencia para sugerir que la biosfera de la Tierra y su entorno en la última parte del ‘Boring Billion’ podría en realidad haber sido más dinámica de lo que se pensaba anteriormente”, apunta Timothy Gibson, del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad McGill (Canadá), y autor principal del estudio.
ACAMPADA EN EL ÁRTICO
Para determinar la edad de los fósiles, los investigadores acamparon en una zona escarpada de la remota isla de Baffin (Ártico canadiense), donde encontraron fósiles de ‘Bangiomorpha pubescens’. Pese a la ventisca de agosto y los vientos que derrumbaban las tiendas de campaña, recolectaron muestras de pizarra negra de las capas de roca que contenían los fósiles del alga.
Utilizando la técnica de datación de renio-osmio, aplicada cada vez más en los últimos años a las rocas sedimentarias, determinaron que las rocas datan de hace 1.047 millones de años. “Eso es 150 millones de años menos que las estimaciones comunes y confirma que este fósil es espectacular”, apunta Galen Halverson, del Departamento de Ciencias Planetarias y la Tierra de la Universidad de McGill.
Debido a que ‘Bangiomorpha pubescens’ es casi idéntica a las algas rojas modernas, los científicos determinaron previamente que las algas antiguas, al igual que las plantas verdes, usan la luz solar para sintetizar los nutrientes del dióxido de carbono y el agua.
Los científicos también establecieron que el cloroplasto (la estructura en las células vegetales que es el sitio de la fotosíntesis) se creó cuando un organismo eucariota (formados con células con núcleo verdadero) engulló hace mucho tiempo una bacteria simple que era fotosintética. El eurariota logró transmitir ese ADN a sus descendientes, incluidas las plantas y los árboles, que producen la mayor parte de la biomasa mundial en la actualidad.
Una vez que los investigadores calcularon la edad de los fósiles en 1.047 millones de años, conectaron esa cifra en un ‘reloj molecular’, esto es, un modelo informático utilizado para calcular eventos evolutivos basados en las tasas de mutaciones genéticas. Su conclusión es que el cloroplasto debe haberse incorporado en organismos eucariotas hace aproximadamente 1.250 millones de años, que es cuando apareció la fotosíntesis en las plantas.
(SERVIMEDIA)
21 Dic 2017
MGR/caa