Lo dijo al dirigir unas palabras a los medios de comunicación con motivo de la tradicional copa navideña una vez concluida la última sesión plenaria del año y acompañada de otros miembros de la Mesa, flanqueda por el vicepresidente segundo, Ignacio Prendes, de Ciudadanos, y la vicepresidenta segunda, la socialista Micaela Navarro.

Tras un año de "cierta estabilidad" y "mucho trabajo", Pastor expresó su deseo de que entre todos se traslade a la sociedad "el mucho trabajo que se hace en esta casa", porque más allá de ciertas anécdotas se ha trabajado "muy duro" y "se están haciendo las cosas muy bien".

Pastor quiso recordar a su antecesor recientemente fallecido, Manuel Marín, que pasó en el Congreso de los Diputados algunos de sus mejores momentos y también "algún dolor de cabeza, como corresponde".

Quiso animar a todos, parlamentarios y periodistas, a proseguir con el "buen clima y buen ambiente" que rige cada día el trabajo cotidiano en el Congreso de los Diputados, porque las buenas relaciones personales "favorecen" la labor de cada cual y sobre esa base no hay "nada que no se alcance".

Bromeó con la habitual crítica mediática a las largas vacaciones parlamentarias, que en realidad no son tales porque cuando no hay sesiones ordinarias hay trabajo en las circunscrupciones de cada cual. Lo saben bien, indicó, quienes son "de pueblo, de provincias", que son todos, también los de "un pueblo que se llama Madrid".

Llamó a todos a regresar tras las fiestas navideñas con "ilusión renovada", porque ser diputado es "el mayor honor" para un político, y pidió disculpas si algunas decisiones de la Presidencia o de la Mesa se han podido percibir como "un poquito injustas" por ser tomadas "en caliente".