Así se pronunció la titular de Defensa durante su participación en el Hotel Intercontinental de Madrid en la jornada empresarial ‘La industria de Defensa. Nuevo escenario presupuestario’, organizada por el diario ‘El Economista’.

Cospedal subrayó que el compromiso del Gobierno de gastar el 2% del PIB en defensa en una década acordado en la cumbre de la OTAN celebrada en Gales en 2014 ha dado lugar a “interpretaciones no acertadas”.

Entre dichas interpretaciones, situó la “idea equivocada” de que el Gobierno está “obligado” a incrementar la partida presupuestaria destinada a Defensa porque Donald Trump ganó las elecciones en EEUU.

Por ello, la ministra aclaró que este compromiso es “voluntario” y representa la “consecuencia lógica” de todo gobierno de proporcionar a sus ciudadanos una protección “eficaz”, “eficiente” y “con todos los recursos que exigen las nuevas amenazas”.

Cospedal divagó acerca de que sin el “derecho fundamental” a la defensa consagrado en la Constitución no se podrían garantizar otros derechos como el de acceso a la educación o a la sanidad.

Por ello, urgió a poner en marcha un planeamiento de la defensa “ambicioso”, “inteligente” y “a la vanguardia”, ya que aquellos países que no se preocupan por estas cuestiones “se convierten en una nación débil”.

La ministra defendió que España, “a pesar de los prejuicios de parte de la sociedad y de determinados partidos políticos”, ha dejado de ser un “mero usuario de sistemas” para “planear, desarrollar, ejecutar y operar sistemas de armas complejos, unas veces de manera autónoma; otras en conjunto con nuestros socios europeos”.

Explicó que la industria española de defensa y aeroespacial facturó 10.700 millones de euros en 2016, una cifra que representa el 1% del PIB y el 6% del PIB industrial. A su vez, empleó a más de 55.800 profesionales de alta cualificación y las exportaciones alcanzaron el 83% de la facturación, siendo el 3,5% del total exportaciones españolas.

Por su parte, en I+D+I esta industria destinó el 9,3% de su volumen de negocio, una cantidad que representa el 7,5% del total del gasto en innovación que se realizó en España el año pasado.

A su vez, presumió de que por cada euro invertido en la industria de defensa se consigue un retorno de 2,5 euros.

Ante esta situación, anunció un nuevo ciclo inversor en materia de defensa al margen de los Programas Especiales de Armamento (PEAs) que supondrá un “cambio de paso y ritmo” para la industria de defensa.

A pesar de este anuncio, no concretó ningún detalle sobre el contenido de este ciclo inversor, si bien dijo que próximamente se daría a conocer el contenido del mismo.

Esto le permitió destacar la importancia de concitar el consenso con el resto de grupos políticos en la materia e instó a estos partidos a sumarse a la Ley de Mantenimiento y Sostenibilidad de las Fuerzas Armadas que a su departamento le gustaría aprobar durante esta legislatura.

También comentó que la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa permitirá mejorar la I+D+I para un “mayor y mejor aprovechamiento” de las oportunidades e incidió en la importancia de la internacionalización de las empresas del sector a las que ofreció el apoyo del Ministerio que dirige.

Al mismo tiempo, explicó que la Estructura Permanente de la UE (Pesco, por sus siglas en inglés) ofrecerá nuevas oportunidades al obligar a destinar el 20% del gasto en defensa a la inversión productiva y el 2% de dicho gasto a I+D+I.

Cospedal comentó que el ‘Brexit’ ha de ser aprovechado por España para tener más peso en la Europa de la defensa. Prueba de ello, dijo, es el papel jugado por el país en la puesta en marcha de la Pesco.

Por último, apeló a la importancia de que España se aplique en materia de ciberdefensa para contrarrestar las campañas de desinformación auspiciadas en Internet y las redes sociales, reiterando su ofrecimiento a la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados de crear un grupo de trabajo para estudiar este fenómeno con políticos y periodistas.