Los datos de este informe han llevado a la Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General y Satse, ha denunciar “el incumplimiento sostenido de la normativa sobre bioseguridad”. Incluso, destacan que pese a la aprobación de la nueva directiva europea que regula esta bioseguridad y que es de obligado cumplimiento desde 2013, los accidentes biológicos se han incrementado entre 2013 y 2015 tanto en hospitales como en centros de salud.

En los centros hospitalarios se produjeron 4.619 accidentes en 2013, 5.159 en 2014 y 5.560 en 2015. Según este informe, las áreas con mayor accidentalidad son las urgencias, hospitalización, cuidados críticos y servicios quirúrgicos. En centros de salud se registraron 98 accidentes en 2013, 108 en 2014 y 123 en 2015.

A este respecto, el presidente de Satse, Manuel Cascos, subrayó en rueda de prensa que “este aumento en la accidentalidad se debe a la sobrecarga de trabajo debida a la falta de profesionales". Por ello, la Mesa de la Profesión Enfermera tiene “la preocupación de garantizar la seguridad de estos profesionales en sus centros de trabajo, por lo que más de 150 ‘enfermeras centinelas’ realizaron encuestas entre los profesionales sanitarios de más de 150 hospitales y centros de salud de España”.

Este estudio también resaltó que el 32% de los accidentes biológicos ocurridos en hospitales y el 24% en los centros de salud no se declaran ante el servicio de prevención. El presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, aseguró que “este dato pone de manifiesto el incumplimiento de la normativa vigente sobre bioseguridad sanitaria. Según datos de la Comisión Europea, de los tres millones y medio de enfermeros que se registran en la Unión Europea, 1.200.000 sufren accidentes cada año”.

Además de los cortes y pinchazos accidentales que pueden conllevar el riesgo de infección del VIH y la hepatitis, los enfermeros también están expuestos a los medicamentos peligrosos, entre los que se encuentran los citotóxicos y diseñados para destruir células que crecen de forma rápida y descontrolada y que se utilizan de forma habitual en el cáncer. Sólo el 47,2% de los centros sanitarios cuentan con protocolos de seguridad para utilizar estos productos.

Por todo ello, la Mesa de la Profesión Enfermera destacó la importancia de monitorizar la vigilancia y control del cumplimiento normativo para garantizar la seguridad de las enfermeras, así como emprender un plan estratégico de mejora de las condiciones de seguridad de estos profesionales y potenciar la acción partícipe de las enfermeras respecto a su propia seguridad y salud en el trabajo.