La votación en Pleno no arrojó novedades sobre la de la propia comisión, con rechazo de la enmienda de sustitución del PP y la aprobación del dictamen, integrando una enmienda de Ciudadanos, con los votos a favor de Ahora Madrid, PSOE y Cs y el voto en contra del PP.

El delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, calificó de “conclusiones demoledoras” las del dictamen de la comisión de investigación por tachar de “ilegales” las obras de la M-30, ejecutadas con opacidad intencionada para evitar su auditoría y con un modelo de gestión mixta que trató de ocultar la deuda municipal que aparejaron hasta que la UE se dio cuenta. De todo ello hizo “responsable máximo” al exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón.

Desde Ciudadanos, Miguel Ángel Redondo coincidió en que, aunque la gente esté satisfecha con la M-30, no lo está si se les cuenta el sobrecoste y deuda que arrastró, hasta el punto de que las inversiones municipales bajaron a menos de la mitad entre 2003 y 2015. Esto, recordó, no estaba en el proyecto electoral del PP, como suelen alegar los populares para defender la realización de las obras. De hecho, apuntó, la Ley de Estabilidad sería según su interpretación una norma contra políticos como Gallardón, que se beneficiaban de que “las elecciones premiaban al que despilfarraba”.

La portavoz socialista, Mercedes González, reiteró su intervención en la última sesión de la comisión de investigación, calificando las obras de contubernio entre la derecha política y la económica, que evitaron la declaración ambiental y, cuando los tribunales se lo exigieron, la obra ya estaba hecha.

Pero la inició expresando su apoyo al consejero apoderado de Madrid Calle 30, Samuel Romero, de quien el PP reveló que había sido el autor material del dictamen después de haber comparecido en la comisión. González lamentó que con “gente trabajadora” como Romero se emplearan “fuegos de artificio” con el “único objetivo de ocultar la verdad”, cosa que hicieron bien porque en el PP son “muy sucios pero eficaces”, unos “excelentes sicarios”.

El portavoz adjunto del PP, Íñigo Henríquez de Luna, exigió al presidente del Pleno, en ese momento el tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente, que obligara a González a retirar esas palabras, cosa a lo que Valiente se negó. Entonces, el edil popular tachó la comisión de investigación de una “comisión del resentimiento” obra de una izquierda “resentida y miope”, orgullosa heredera del “Madrid no crece ni crecerá”, y que no quiere reconocer las bondades de la M-30 reequilibrando y uniendo los distritos, en un tiempo breve en lugar de empantanar a la ciudad. Sólo aplaudió que la comisión no hallara ninguna ilegalidad y concretara el sobrecoste de la misma, que cuantificó en un 16% para las obras y un 18% en el contrato de mantenimiento, ambas cifras dentro de la legalidad, y que equiparó al sobrecoste que atribuyó a la municipalización de Bicimad o las obras de Gran Vía.

Sánchez Mato inició su réplica preguntando al PP si le parece normal que el contrato garantizara una rentabilidad del 7% al socio privado (Ferrovial y ACS), con el sobrecoste subsiguiente para el Ayuntamiento, o que hubiera órdenes por escrito de no trasladar ninguna información al PSOE e IU, e insinuó la sospecha de que todo ello conllevara alguna irregularidad que ocultar.

González replicó al PP que prefiere ser de la supuesta cofradía del “Madrid no crece ni crecerá” que de la cofradía de Soto del Real en que ingresan los corruptos e hizo cálculos de las inversiones que se podrían haber hecho con el sobrecoste de casi 600 millones.

Henríquez de Luna llamó “casi delictiva” la acción de Sánchez Mato de “sacar por la puerta de atrás” los expedientes de la obra de la M-30 y denunció que el PSOE, en vez de esta obra, habría hecho una circunvalación que habría aumentado el tráfico.