En un artículo que publica en el último número de la revista FAES, titulado "ETA: derrota y final", Zarzalejos explica que, a diferencia de lo que ocurre ahora, el Ejecutivo de José María Aznar no facilitó a la banda la oportunidad de negociar la tregua que declaró en septiembre de 1998.

Por contra, añade, la tregua, "indisociable de la ofensiva nacionalista de Estella", tuvo como respuesta la defensa del orden constitucional y un mensaje claro "que negaba a ETA el beneficio de la duda y situaba en la banda terrorista, y sólo en ella, la carga de probar la autenticidad de su anuncio de cese de los atentados para hacerlo definitivo".

A este principio, relata Zarzalejos, respondió el encuentro con la dirección etarra en Suiza, al que acudió acompañado por el entonces secretario de Estado de Seguridad, Ricardo martí Fluxa, y por el asesor personal de José María Aznar, el sociólogo Pedro Arriola.

Sostiene que, a diferencia de lo que ocurre en los períodos socialistas de gobierno, ese fue el "único" contacto físico con ETA en los ocho años de gobierno del PP y tenía "un mandato estrictamente circunscrito a acreditar la autentividad del anuncio de ETA de cara al cese definitivo de su actividad terrorista".

Seis años después de aquello, el ex secretario general de Presidencia del Gobierno sostiene que el resultado de aquella reunión, que no logró el fin de la violencia, "sirvió para dar adeucada dimensión a las grandes expectativas, lógicas y más que comprensibles, que había suscitado una tregua formulada por ETA en términos hasta entonces inéditos".

Frente a esa actitud de firmeza por parte del PP, Zarzalejos cree que ahora se ha sustituído la derrota segura de ETA por una oferta de dialogo concretada en la resolución de Debate sobre el estado de la Nación aprobada el pasadomes de mayo.