El portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, preguntó al presidente del Gobierno por el cumplimiento de su promesa de escuchar a los ciudadanos y sus críticas.

Rodríguez Zapatero aseguró que intenta cumplir ese compromiso cada día y retó al PP a invocar una sola declaración en la que no se haya mostrado respetuoso con quienes se han manifestado en contra del Gobierno, incluso recibiéndolos para entablar un diálogo directo.

Su respuesta no convenció a García-Escudero, para quien el tiempo ha cambiado "a velocidad de vértigo" la actitud del presidente ante esos manifestantes. De ser "paladín" de los ciudadanos, ha pasado a "aprendiz de brujo", capaz de "hacer desaparecer a más de un millón de personas porque no le gusta lo que dicen".

Con esta clara alusión a la última manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), García-Escudero sentenció que ningún presidente había conseguido antes tan alto nivel de movilización social, "cuatro grandes manifestaciones en menos de dos años".

García-Escudero alertó al presidente de que los descontentos con su gestión no se conforman con un "sonriente desinterés", sino que reclaman una respuesta a sus peticiones de regreso al pacto antiterrorista o de sensatez en la política autonómica.

Ironizó el portavoz popular con la posibilidad de asignar dorsales a los manifestantes para que puedan ser contados, y anunció al presidente que próximamente le llegará "un mensaje" firmado por tres millones de ciudadanos con su nombre, apellidos y DNI.

Se trata de las firmas con las que el PP quiere avalar su petición de un referéndum nacional sobre la reforma estatutaria catalana, tres millones, subrayó García-Escudero, que superan todos los votos de todos los partidos nacionalistas y entre los que hay votantes del PSOE, incluso afiliados, aseguró entre las risas de los senadores socialistas.

COHERENCIA

Todos ellos, explicó García-Escudero, quieren expresar así su preocupación ante la constatación de que España ha dejado de ser en la práctica una nación "única e indivisible", como dice la Constitución, y de que la financiación pactada supone una amenaza a los mecanismos de solidaridad y de igualdad.

Por mucho menos y con muchas menos firmas, argumentó, la coalición de izquierdas liderada en Italia por Romano Prodi ha solicitado un referéndum ante el temor de segregaciones, y el PSOE promovió una consulta con el lema "OTAN, de entrada no", aunque luego fue "de entrada, sí".

García-Escudero reclamó coherencia a Rodríguez Zapatero, y el presidente apeló a esa misma coherencia para lanzar el mensaje de que el PP carece de la credibilidad necesaria para utilizar esos argumentos, que pueden "volverse fácilmente en contra".

Hasta 2004, recordó Rodríguez Zapatero, el Ejecutivo del PP tuvo, "como todos los gobiernos", respuesta ciudadana y movilización social en forma de manifestaciones, en algunas de las cuales estuvieron los dirigentes socialistas.

El presidente recordó que su presencia en algunas de esas grandes concentraciones le costó el apelativo de "líder pancartero" por parte del Gobierno, que le acusaba de buscar en la calle lo que no había conseguido en las urnas.

POLÍTICOS EN LAS CALLES

Pidió al PP que recordara alguna manifestación de su época del Gobierno después de la cual el presidente recibiera a los impulsores de la movilización, algo que sí ha hecho el actual Ejecutivo pese a que haya sido la primera vez, denunció, en la que líderes políticos critican en las calles la política antiterrorista.

Para emplear esos argumentos, sentenció, "hay que tener algo de credibilidad, y ustedes no la tienen", concluyó el presidente, que echó mano "del humor que afortunadamente conservo" para hacer un símil entre el Estatuto de Cataluña y el referéndum de la OTAN.

Igual que pasó con aquel referéndum, vaticinó, en un futuro el PP respaldará el Estatuto, "no lo modificarán, no propondrán su reforma y no lo intentarán derogar, y quedará demostrado todo lo que han exagerado, todo lo que han faltado a una interpretación ponderada, razonable, de lo que representa el Estatuto".

Advirtió, además, de que esa actitud no fortalece la cohesión y la vertebración de España que el PP dice defender, y reivindicó el papel del PSOE como "partido fundador de la Constitución, de la democracia, del título VIII y del desarrollo del Estado de las autonomías".

Rodríguez Zapatero defendió, ante las protestas desde los bancos del PP, que la cohesión y la vertebración se fortalecen con iniciativas como las puestas en marcha por su Gobierno para incrementar pensiones, salario mínimo y becas, y con leyes como la de atención a la dependencia y de igualdad entre hombres y mujeres, a la que se refirió por su significado en el Día Internacional de la Mujer.