Zapatero, que acudió a Rodiezmo (León) para participar en la fiesta minera que tradicionalmente se celebra el primer domingo de septiembre en este paraje entre León y Asturias, respondió a los augurios negativos que ha lanzado el Partido Popular durante el año y medio que lleva gobernando el PSOE.

"Dijeron que la economía iba a ir fatal, que el empleo iba a ir fatal. Yo con humildad y modestia les digo a los del PP: la economía va mejor y se crea más empleo", afirmó Zapatero justo después de anunciar una subida de las pensiones mínimas en los Presupuestos Generales de 2006.

El jefe del Ejecutivo apuntó que "el mérito esencial es de los trabajadores" y se comprometió a tener en cuenta estas buenas perspectivas económicas en el proceso de diálogo social con los sindicatos y la patronal para emprender una reforma laboral.

Asimismo, sacó a relucir las críticas del PP cuando el Gobierno retiró las tropas de Iraq y se mostró orgulloso de haber dado esa orden al ver ahora el "desastre" en que se ha convertido el país de Sadam Husein.

También recordó que el PP arremetió contra el proceso de regularización de inmigrantes que puso en marcha el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en primavera porque, según ellos, generaría un "efecto llamada". En cambio, apuntó Zapatero, "se ha hecho con orden, concierto y ha sido enormemente positivo".

No faltó una mención a la aprobación de los matrimonios entre personas homosexuales, que llevó al principal partido de la oposición a manifestarse en la calle en el mes de junio. Zapatero sentenció que "la familia sigue perfectamente bien y nadie ha notado nada". "Ha cambiado que hay más gente libre y con derechos", apostilló.

Por todo ello, Zapatero afirmó que, "una vez más, los profetas del desastre han fracasado" y señaló que, fruto de esa equivocación, han decidido celebrar una convención nacional en la que actualizarán el proyecto y el programa del PP.