El análisis de los doce meses transcurridos desde la victoria electoral del 14 de marzo es el plato fuerte de la reunión del máximo órgano de dirección del PSOE entre congresos.

Ni los socialistas ni el Gobierno quieren hacer de esa reunión una cita festiva debido, según reconocen, a la cercanía del aniversario de la masacre del 11-M, que ha marcado toda esta semana y que aún estará presente en los próximos días.

Será, aseguran, una intervención sobria del jefe del Ejecutivo abierta a los medios de comunicación, a la que sucederá un debate a puerta cerrada. Dejan el tono de celebración para el 16 de abril, cuando se cumpla un año de la llegada efectiva al gobierno tras el Debate de investidura.

Las fuentes consultadas explican que Rodríguez Zapatero no hará, por tanto, el sábado una exposición exhaustiva de cada medida aprobadas por su Gobierno en este año, sino más bien una defensa de sus líneas generales de actuación. El presidente desea dejar claro ante los suyos los principios que le han impulsado a emprender esas medidas, base del respaldo electoral de once millones de votos obtenido.

Esas líneas generales son el impulso de la economía basado en la productividad, las políticas sociales, las reformas territoriales, y el refuerzo de la seguridad de los ciudadanos, pero también de sus derechos y libertades.

CONSENSO BÁSICO

Una parte importante de su intervención versará sobre las reformas de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía, apenas una semana después de que el Gobierno haya enviado al Consejo de Estado la consulta sobre la modificación de la Carta Magna en cuatro puntos.

El presidente reiterará ante los suyos que esas reformas deben acometerse con consenso y respetar, además, el marco constitucional y los procedimientos previstos.

Si estos requisitos se cumplen, las aspiraciones de autogobierno de las comunidades autónomas contarán con el visto bueno del Gobierno, siempre que se garantice la igualdad de derechos de todos los ciudadanos.

Zapatero no hará mención expresa a la situación política en Cataluña tras la crisis abierta por el derrumbe del Carmel y las posteriores acusaciones del presidente, Pasqual Maragall, de cobro de comisiones en la etapa de CiU. Eso quedará, añaden las mismas fuentes, para el turno de intervenciones de losmiembros del Comité Federal

Desde la Generalitat de Cataluña ni siquiera confirman a Servimedia que Pasqual Maragall vaya a acudir a la reunión del máximo órgano entre congresos del PSOE, que tendrá lugar un día después de votarse la moción de censura presentada por el PP.

Aunque el entorno de Rodríguez Zapatero no preve ninguna mención expresa del presidente a este asunto, reconocen que el debate se suscitará y apuestan a que la postura oficial será de respaldo a Maragall y cierre de filas hacia la opinión pública.

CIERRE DE FILAS

Ya en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del pasado lunes, Rodríguez Zapatero dijo a los suyos que el partido debía defender a Maragall ante la campaña a la que le está sometiendo la oposición. Un mensaje que fue entendido como una petición expresa de cierre de filas hacia el exterior, aunque, puertas adentro, las críticas sean numerosas.

De la reunión del Comité Federal saldrá, en todo caso, una conclusión sobre el clima que se respira en todo el partido ante la crisis catalana, y también sobre las perspectivas abiertas ante las elecciones autonómicas del País Vasco.

De hecho, esta es la última reunión del Comité Federal antes de las próximas elecciones vascas, y en ella se preve ratificar la candidatura que encabeza Patxi López y el programa electoral con el que concluye, y que fue aprobada por la Conferencia Política de los socialistas vascos el pasado fin de semana.

El próximo martes, Zapatero presentará a Patxi López en Madrid, en un acto a celebrar en el Círculo de Bellas Artes al que los socialistas quieren dar gran eco mediático, dentro de su pugna con el PNV por la Presidencia del Gobierno Vasco.