DEBATES

ZAPATERO Y RAJOY SE ACUSAN DE FALTA DE RIGOR EN LA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN COMO BASE DE LAS POLÍTICAS SOCIALES

MADRID
SERVIMEDIA

Los candidatos del PSOE y del PP a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, se acusaron esta noche de falta de rigor en la gestión de la inmigración, asunto en el que centraron el debate sobre las políticas sociales.

En el segundo bloque del debate "cara a cara" entre ambos, el presidente del Gobierno comenzó diciendo que el suyo ha sido el primero en dedicar al gasto social más de la mitad del total de gasto público.

Se propuso dos metas esenciales, el primero de ellos desarrollar la Ley de Dependencia, con el objetivo de que a finales de 2010 estén atendidas todas las personas con discapacidad severa, y al culminar la implantación, en 2015, se dedicarán al año 2.300 millones de euros.

El segundo, lograr la iguladad definitiva de hombres y mujeres para que se cumpla "a rajatabla" la regla de igual salario a igual trabajo, y para lo cual se amplirán los derechos de maternidad y paternidad y se crearán 300.000 nuevas plazas de guardería.

Los ciudadanos, sentenció, "saben que nosotros impulsamos las políticas sociales y que ustedes las frenan", y que ahora "obstaculizan" la implantación de la Ley de Dependencia en las comunidades autónomas donde gobiernan.

Mariano Rajoy denunció la pretensión de Rodríguez Zapatero de hacer ver que las políticas sociales comenzaron con gobiernos socialistas y aseguró que la regla básica para fortalecer las políticas sociales es el crecimiento económico y frenar la inmigración "desordenada".

Rajoy precisó que es "partidario" de la inmigración, pero alertó de que algunos españoles "se pueden ver perjudicados" por las prestaciones sociales que se dedican a inmigrantes, como plazas escolares o el acceso a viviendas protegidas.

Ya metidos de lleno en el asunto de la inmigración, Rodríguez Zapatero acusó a Rajoy de "olvidarse" del diálogo para gestionarla, "ya se que el diálogo les produce cierta alergia", pero es necesario para una política de integración exitosa.

El presidente contrapuso "el proyecto del ordeno y mando sin acordar con nadie" defendido por el PP frente al basado en el diálogo con empresarios y sindicatos que propugnan los socialistas.

Rajoy insistió en la política "de orden y control y no de palabras" y le reprochó que no ha hecho absolutamente nada en este asunto salvo una regularización masiva criticada en la Unión Europea.

El presidente negó ese extremo y aseguró que su política consiste en frenar "con firmeza" la inmigración ilegal en tres frentes: que no salgan de sus países de origen personas empujadas por la desesperación, el control de fronteras y devolver a quienes entran ilegalmente.

Esa política sólo es posible con el acuerdo con los países de origen, e impulsando medidas conjuntas con la Unión Europea.

Defendió a continuación la contribución de la inmigración al crecimiento económico, al asegurar que sus cotizaciones pagan un millón de pensiones, y se atribuyó las primeras dotaciones para integración, 800 millones de euros este año y hasta 2.000 en 2010, destinados especialmente a los municipios con más inmigración.

Rajoy reiteró su defensa de la expulsión de los inmigrantes que delincan aunque lleven más de cinco años en España, la prohibición de regularizaciones masivas, la creación de una agencia de contratación y una política comunitaria en materia de visados.

En respuesta a la denuncia de la regularización masiva, el presidente reiteró que durante la etapa del PP hubo cinco procesos en los que era suficiente incluso el recibo de una rueda de bicicleta para conseguir los papeles. "¿Me habla usted de rigor?", preguntó a Rajoy.

En su conclusión, el candidato del PP sentenció que la política del Gobierno socialista ha sido "débil, sin firmeza y no se puede mantener ni un minuto más porque vamos a una situación de enormes problemas".

(SERVIMEDIA)
04 Mar 2008
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