En un acto con jóvenes en el polideportivo del campus de la Universidad Carlos III de Madrid, Rodríguez Zapatero les dijo que ellos ganarán las elecciones porque la victoria será de quienes quieren "futuro, construir, trabajar, mirar hacia delante, optimismo, y no la que quiere división, destruir, mirar hacia atrás y poner siempre mala cara".

Quienes tienen toda la vida por delante, les advirtió, son quienes más motivos tienen para votar y decidir con ello ese futuro. Como en la noche electoral de 2004, les garantizó "no os voy a fallar".

No hizo ninguna referencia a su último debate con Mariano Rajoy, salvo la reflexión genérica de que en los últimos cuatro años ha mejorado la democracia al aprobar la Ley de Igualdad, garantizar la pluralidad e independencia de la televisión pública o al recuperar los debates, "que en PP se negó a hacer durante 15 años".

Rodríguez Zapatero recordó que su victoria en 2004 se debió en buena parte al voto de los jóvenes "hartos de mentiras y de la guerra de Iraq", y algunos dijeron por ello que habían sido derrotados por un colectivo al que "no se esperaba en las urnas".

"Vamos a darles una lección el domingo para que haya una participación más amplia que hace cuatro años, para que siempre os esperen a los más jóvenes en las urnas, para que nadie pueda querer ganar con la abstención de los más jóvenes", espetó el presidente.

A esos jóvenes que le votaron en 2004, y a quienes pueden hacerlo estas elecciones por primera vez, les aseguró que tienen su compromiso "porque no os fallaré", una promesa formulada la noche electoral de hace cuatro años y sobre la que se basa uno de los spots electorales del partido.

Renovó expresamente el compromiso de no enviar ningún soldado a ninguna guerra "ilegal" y de hacerlo siempre con el respaldo del Parlamento, de llegar al 0,7% del PIB dedicado a ayuda oficial al desarrollo y de seguir respaldando a los cooperantes como "los mejores embajadores".

Sin nombrar a Rajoy, denunció a quienes pretenden "denigrar" la educación y defendió que la actual es la generación mejor formada, entre otras cosas porque es la que ha vivido siempre en democracia.

La educación centró gran parte de su intervención, con el compromiso de seguir aumentando las becas, de reforzar a los becarios, suscribir un gran acuerdo de financiación de las universidades, y también combatir la precariedad en el empleo e incrementar la investigación, para que la economía se base en el conocimiento y no en el ladrillo.

Habló también de vivienda, al explicar que las protegidas han pasado de 50.000 a 150.000 al año y al atribuirse las primeras ayudas para la emancipación concedidas a los jóvenes, los 210 euros mensuales para alquiler.

Todos esos compromisos fueron bien recibidos por el auditorio, pero los mayores aplausos al presidente los recibió al valorar que ahora cada cual puede "casarse con quien quiera y descasarse cuando quiera".

Instó a los jóvenes a mantener su apuesta por una sociedad "en la que nadie imponga su creencia" y todas sean respetadas, y a defender la libertad. En democracia, les dijo, la mejor forma de hacerlo es votar para tomar las riendas del futuro "y que nadie se pueda beneficiar de la abstención".

Les pidió también que mantengan los valores de paz y de convivencia y de lucha contra el insulto y la crispación, y recibió otra gran ovación al rechazar de plano cualquier discriminación por razón de origen o color de piel y a cualquier comportamiento que pueda incitar a la xenofobia.

"A pesar de lo que algunos intentan, de fomentar las peores reacciones, yo nunca jamás cambiaré votos por principios, y menos cuando se trata de seres humanos", proclamó entre aplausos.