Zapatero llegó a mediodía a la sede de los socialistas catalanes, en la barcelonesa calle Nicaragua, en lo que constituye la primera vez que un secretario general del PSOE se dirige al Consell Nacional del PSC.

El líder socialista dijo que el PSC es el "vértice" de la política catalana, la gran fuerza integradora que tiene capacidad de llegar a acuerdos con todos los partidos cuando se trata de hablar de Cataluña y del conjunto de la España plural.

"Ese es un papel que os quiero agradecer y que os pido que perseveréis en él. Tengo la confianza de que todas las fuerzas políticas de Cataluña apoyarán antes o después el Estatuto. Porque es bueno para Cataluña y para España", dijo Zapatero en alusión también al PP.

Los populares, aventuró, no van a apoyar el texto con su voto, "pero no propondrán su derogación ni su modificación" cuando lleguen al poder. "Vamos a ser todos testigos en el futuro y se demostrará que con el debate que habeis tenido el PP no mostraba su preocupación por España, lo que les precoupa es quién gobierna en España".

El dirigente socialista dijo que los populares, al practicar una política "sin ideas" y solamente dedicada a enfrentar territorios, demuestran que "no tienen futuro" político.

Aseguró que su visita, los pasados martes y miercoles a Ceuta y Melilla, y la devolución final de los ¡Papeles de Salamanca´, fueron decisiones "difíciles" pero las hizo coincidir en la misma semana para demostrar cómo gobierna: "convivencia democrática y fortalecimiento de España", de la España plural por la que trabaja.

Capítulo aparte mereció el tema linguístico."Podemos decir a los catalanes y al resto de españoles: recordad que el catalán es una lengua de todos los españoles y el castellano de todos los catalanes", dijo el presidente del Gobierno.

Dicho esto, sí pidió al PSC que sea "muy exigente" para que nadie, por minoritaria que sea la reivindicación, pueda verse discriminado en el uso del castellano en Cataluña porque en eso se juega la convivencia.

Zapatero concluyó su discurso en tono emotivo, recordando que la última vez que estuvo en la sede de la calle Nicaragua fue en la despedida del ex ministro socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA. Dijo: "Tengo confianza en el fin de la violencia, es el empeño que más merece la pena (...) La paz es el don con más valor en la historia de la convivencia humana, en la de pasado, presente y futuro".

DE COMIDA CON AMIGOS

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que volvió a tomar la palabra antes de la intervención de Zapatero, al objeto de introducir a éste, dijo que ve cómo algunas de las peticiones de ERC son "razonables" pero que este partido debe decidir ya si aprueba el Estatuto.

Maragall insistió en la idea de que le parece bien que CIU apoye ahora al Gobierno de Zapatero porque eso dará estabilidad, pero, de ninguna manera, eso debe conllevar la disolución del Parlamento Catalán porque los convergentes presionen para ello.

Tras el acto en la sede del PSC, el presidente del Gobierno se fue a celebrar una comida privada con amigos personales en Barcelona y sin presencia de políticos, según aseguraron a Servimedia fuentes gubernamentales.