En un telegrama de condolencias enviado a su familia, Zapatero apuntó que Crémer ha sido para León "el tiempo que nos hace, el que alecciona, sin imponer, desde la inevitable memoria al futuro por construir", y destacó su palabra "irónica, incisiva a veces, siempre cultivada", de alguien que "sostuvo la maestría que solo logra quien vive con profundidad".

El presidente del Gobierno recordó a Crémer como un "ciudadano que, desde el desierto donde suele desterrarse a los poetas, señalaba fronteras atosigantes, pero también caminos que requerían ilusión y fuerza juvenil", sus "principios vitales".

El poeta, según Zapatero, ha contribuido a que "nos hayamos hecho adultos, convirtiendo en compañero insustituible incluso a quien no comparte nuestra aventura vital", gracias a su capacidad como "constructor de espacios donde disentir, con la inteligencia que dialoga como guía".

"Escribir este telegrama desde la tristeza y echarle de menos es mi manera de agradecer su palabra entregada", concluyó Zapatero.