Las palabras de Krugman, que la semana pasada expuso en España su visión de la economía mundial y se entrevistó con Rodríguez Zapatero, centraron dos preguntas de la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

La primera de ellas fue formulada por el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, que preguntó a Rodríguez Zapaterola opinión que le merecen las advertencias de Krugman.

El presidente expresó su "respeto intelectual" por Krugman, y Duran le recordó que sus advertencias son "diametralmente opuestas" al optimismo que suele destilar Rodríguez Zapatero.

En su réplica, el presidente expresó lo "extraño" que le resulta ser preguntado por unas declaraciones de "un intelectual" y no por sus decisiones o sus responsabilidades, y reiteró la "plena confianza" que tiene en España para salir de la crisis, "espero que con su colaboración".

Sobre ese mismo asunto preguntó después el portavoz del PNV, Josu Erkoreka. Ante la extrañeza del presidente, le recordó que ha sido él mismo quien ha señalado a Krugman como "modelo" y, por tanto, resulta lógico confrontar lo que el premio nobel dice y lo que el Gobierno está haciendo.

Erkoreka subrayó que para Krugman las perspectivas internacionales son "aterradoras" y las españolas "mucho peores", pero el presidente insistió en que "no dijo eso" y que no se refería a España cuando empleó ese adjetivo.

"Sería para nota", ironizó, que si el horizonte internacional es complicado, el español lo viera "favorable, fácil y positivo". Krugman es "una referencia" al que escucha, explicó el presidente, porque "nada más alejado de mí que el dogmatismo".

En su segunda intervención, Erkoreka acusó al presidente de "jugar alegremente con geometrías variables cada vez más incoherentes" en el Parlamento, "unas veces con las izquierdas, otras con las derechas, aquí con los españolistas y allí con los independentistas". "Déjese de contorsiones imposibles", espetó al presidente.

"¿Qué tiene que ver el españolismo con la crisis económica?", preguntó después el presidente al portavoz peneuvista.

Lo que la "nueva situación" demuestra, dijo el presidente en referencia al País Vasco, que al portavoz del PNV "se le agría el carácter" y está perdiendo su perfil de parlamentario irónico.