Durante unas jornadas sobre presente y futuro de la economía española organizadas por "The Economist", el jefe del Ejecutivo envió un claro mensaje de confianza en el futuro de España, frente al fomento del "pesimismo" por parte del PP.

"Sinceramente, tengo que decir que aquéllos que proyectan pesimismo lo hacen únicamente porque no gobiernan y porque en el fondo tienen una escasa confianza en España y en los españoles. Los datos están del lado de los que tenemos esa plena confianza, y de manera significativa, esa confianza en nosotros es muy alta desde el exterior", añadió Rodríguez Zapatero, ante un nutrido foro de empresarios europeos.

En 2006 se reformarán el impuesto sobre la renta y el de sociedades. En el caso del IRPF, se persigue "un impuesto más sencillo y justo" y "reducir la presión fiscal sobre los rendimientos del trabajo y considerar más neutralmente el ahorro".

En el caso del Impuesto de Sociedades, "vamos a situarnos al nivel de otros países con los que competimos internacionalmente. Nuestro objetivo es reducir el tipo al 25% para las pymes y al 30% para las grandes empresas en un horizonte razonable de tiempo".

Aseguró que la inflación en el último trimestre de 2006 se situará en "incluso por debajo" del 2,5% y que espera cerrar este año con un alza del PIB del 3,4%, "superando así nuestras previsiones al iniciar el año".

Para 2006, el presidente del Gobierno augura un crecimiento de la economía "a más" del 3,3% previsto por el Ejecutivo en las cuentas públicas. "Esperamos crear al menos 500.000 empleos y volveremos a tener superávit en las Administraciones Públicas, del 0,2% del PIB", indicó.

MENOS PARO

Una creación de empleo que ha permitido situar la tasa de paro en el 8,4%, "la más baja desde 1979. Nunca habíamos estado por debajo de la media europea en desempleo desde nuestra entrada en la Unión en 1986. Ahora lo estamos".

Zapatero defendió el Plan Nacional de Reformas remitido por el Gobierno a Bruselas y que se articula en siete ejes: reforzar la estabilidad presupuestaria, reduciendo la deuda al 34% del PIB en 2010; los 250.000 millones del plan del transporte; mejora del sistema educativo; más inversión en I+D, hasta llegar al 2% del PIB al final de la década; liberalización de mercados; reducción de la temporalidad, y plan de fomento empresarial, con el fin de incrementar en un 25% la creación de empresas.

Los inversores internacionales, insistió Zapatero, "apuestan por la continuidad de esta fortaleza económica. La bolsa española se ha revalorizado un 37% desde marzo de 2004, últimas elecciones generales, el mayor incremento de las siete principales bolsas mundiales. Y España es el segundo receptor de capitales del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, y por delante de países como Reino Unido, Italia o Portugal", recordó. Por último, y en una clara alusión a los disturbios en los suburbios de las ciudades francesas, Rodríguez Zapatero apuntó que "a España no le va a ocurrir lo que a otros países" porque el Gobierno va a anticipar el futuro. Se va a buscar la modernización e innovación del país en la reforma fiscal y del mercado laboral. "Pero también en la modernidad social, incluyendo como eje básico la ley de dependencia", concluyó.