Rodríguez Zapatero respondió en la sesión de control al Gobierno en el Senado a una pregunta del portavoz del PP, Pío García Escudero, sobre el reciente congreso internacional de víctimas del terrorismo, que derivó en trifulca por la posibilidad de una negociación con ETA.

Después de que García Escudero preguntara al presidente por el congreso de víctimas al que "no quiso ir", Rodríguez Zapatero sentenció que le produce "rubor moral hablar en nombre de las víctimas del terrorismo".

La sesión había comenzado con el recuerdo de Fernando Buesa, secretario general de los socialistas alaveses asesinado por ETA junto a su escolta Jorge Díez hace hoy seis años, y Rodríguez Zapatero advirtió a García Escudero de que resultaría "muy fácil" recordar lo que su viuda ha dicho sobre el comportamiento del PP.

Rodríguez Zapatero aseguró que asume las críticas expresadas por las víctimas cuando las recibió el pasado viernes, "que las hubo, soy consciente de ellas".

Abogó por respetar a las víctimas, escucharlas y apoyarlas, pero sin usar su nombre, "porque es indecente". Reivindicó a continuación la lucha antiterrorista como política de Estado, que requiere por ello su exclusión de la lucha partidista, tanto desde el Gobierno como desde la oposición.

Recordó, en este sentido, que estando en la oposición propuso el Pacto Antiterrorista para dar "todo el apoyo" al Gobierno de José María Aznar, "muchas veces casi sin preguntar, sin tener información", confiando únicamente en los mecanismos del Estado de derecho.

Rodríguez Zapatero hizo un recorrido por los más de treinta años de actividad terrorista de ETA, con unos primeros tiempos "durísimos" y en los que las víctimas no tenían el reconocimiento que después "hemos hecho entre todos".

En ese lapso de tiempo se han vivido dos periodos de tregua "y negociación", uno con gobierno socialista y otro en la etapa del PP, posterior a un periodo "duro" de asesinatos pero en el que se trató de buscar el fin de la violencia, intento "que se supone a todo demócrata".

"MIL DÍAS SIN VÍCTIMAS"

En esos más de treinta años, sentenció, ha habido gobiernos de diferente color, "circunstancias muy distintas", desde asesinatos constantes hasta lo que se vive ahora, "mil días sin víctimas mortales y una expectativa y un objetivo" de final de la violencia.

Desde el comienzo, dijo el presidente, "lo único que ha cambiado es que por primera vez un partido político hace oposición con el terrorismo" y lo sitúa en la línea prioritaria de control al Gobierno.

Ese comportamiento, alertó Rodríguez Zapatero, "no es bueno para la democracia, no es bueno para el Estado, no es bueno para la lucha antiterrorista" pero, además, pronosticó, "va a ser muy malo para ustedes".

Pío García Escudero había insistido en su intervención en que "por dignidad, por justicia, y porque son un referente moral, no se puede iniciar ningún proceso que esté destinado a acabar con ETA que no cuente con las víctimas, y mucho menos pueden ser utilizadas como moneda de cambio en una hipotética negociación".

Aseguró que todos los españoles desean el final de ETA, pero no "una paz a cualquier precio, la claudicación, la paz del miedo, la sumisión al terror", sino un final en el que exista un vencedor, el Estado de derecho, y un vencido, el terrorismo.

García Escudero reprochó a los socialistas que hayan permitido en el Parlamento vasco a aprobación de "la no derrota de ETA" mientras los dirigentes de Batasuna se pasean "desafiantes" por las calles.

Se mostró además convencido de que el último comunicado de ETA en el que no habla de tregua "sino todo lo contrario", ha supuesto un revés para "la ansiedad y la precipitación" del presidente al hablar de final de la violencia y ha demostrado que es la banda terrorista quien "dirige" el hipotético proceso.

Le preguntó abiertamente "qué esconde, qué está dispuesto a ceder o ha cedido ya, por qué arrincona a la oposición, que es su principal aliado en la lucha contra el terrorismo".