Rodríguez Zapatero clausuró en Granada la Conferencia Política en la que los socialistas andaluces aprobaron su programa electoral para las elecciones autonómicas que coincidirán con las generales el 9 de marzo.

En su intervención denunció "la cacería" de los médicos del hospital Severo Ochoa y la vulneración de la intimidad de las mujeres que han interrumpido voluntariamente su embarazo de acuerdo con la ley.

"Como presidente y como ciudadano me rebelo contra aquellos que son capaces de utilizar cualquier método, profesionales, mujeres... para imponer su moral sin reparar en el daño, en la inseguridad y el tiempo de silencio y arbitrariedad que quieren instaurar en determinados sectores. Me rebelo y no lo vamos a tolerar ni lo vamos a consentir".

Sobre el caso del Severo Ochoa, declaró su preocupación desde tiempo atrás "al ver cómo se articulaba una auténtica cacería" de médicos simplemente porque trataban de salvar vidas y de hacerlas dignas hasta el último momento.

Le preocupa especialmente que se articulara mediante denuncias anónimas que después se asumieron desde la Comunidad de Madrid "provocando la destitución" del equipo médico y el apoyo "de ciertos medios cercanos" que durante meses secundaron "una representación indigna de lo que pasaba en ese hospital".

"Me preocupa que la insidia, la acusación falsa, métodos que no caben en un sistema democrático, sirvan para imponer una moral, una visión extremista y minoritaria", porque las normas de comportamiento en democracia son las pactadas por los ciudadanos, "no las que pretenda imponer con esos métodos una minoría radical".

Con el debate sobre el aborto, aseguró que más allá de algún caso aislado no conforme a la ley, desde el PP se ha intentado hacer "un juicio general" de la ley, cuestionando incluso el derecho a la intimidad de las mujeres que se acogieron a la ley.

"Quienes han montado una campaña no están pidiendo que se respete la ley, lo que pretenden es que se derogue la ley que permite la interrupción voluntaria del embarzo en determinadas circunstancias", sentenció.

IMPONER UNA MORAL "EXTREMISTA"

El presidente denunció que el PP ha intentado desde el comienzo de la legislatura "imponer una moral minoritaria, extremista", que ha perseguido a quienes ponen la ciencia al servicio de la calidad de vida de las personas. "No va a conseguir nada, porque el tiempo del oscurantismo y del silencio ya pasó para siempre en nuestro país".

Frente a quienes quieren imponer a los demás "con quién tienen que casarse" o si se pueden divorciar o no, Rodríguez Zapatero insistió en que la extensión de derechos individuales hace más fuerte y libre al conjunto del país.

Por ello, el 9 de marzo "está en juego una manera de entender la vida, la convivencia, el respeto a los derechos y libertades inviduales, y por ello se van a llevar una sorpresa", aseguró, porque los ciudadanos aclararán de forma "contundente" los valores en los que quieren que se inspire España.

"Con la mirada positiva, con una sonrisa amplia, con respeto a todos, con mis convicciones democráticas y laicas os voy a llevar a una gran victoria el 9 de marzo", aseguró el presidente al comienzo de su intervención.

En respuesta a un militante que gritó desde las gradas "que la Iglesia no vote", el presidente respondió con una sonrisa: "los obispos pueden votar lo que quieran, tampoco hace falta ser adivino... lo que sucede es que en democracia el máximo poder no lo tienen los poderosos, lo tienen los ciudadanos".

Rodríguez Zapatero agradeció expresamente la actitud de muchos socialistas que durante los cuatro años "de descalificación, crispación y de insulto" desde el PP han mantenido el respaldo al Gobierno "de forma serena, contenida".

Será el PP, aseguró, quien el día después de las elecciones tenga que explicar los motivos de la derrota, y en gran parte será su propia actitud. "Cuando uno se va tan a la derecha no puede gobernar la pluralidad, ni de su propio partido, por eso han dejado fuera a Gallardón".

"Si Rajoy no puede garantizar la pluralidad en su partido, ¿cómo va a garantizar la pluralidad de esta España diversa, donde hay sentimientos diferentes y formas de pensar diferentes como corresponde a una España democrática?", se preguntó.

Rodríguez Zapatero desgranó los compromisos cumplidos y acusó al PP de no hablar de las familias ni de la economía hasta el final de la legislatura con el fichaje de Pizarro, no "el bueno", Luis Pizarro, dirigente socialista andaluz, sino Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa.

Se mostró partidario de un debate sobre este asunto en el que se pueda contrastar la "confianza" del Gobierno en la economía y sus razones para ello, y en el que Pizarro exponga sus ideas.

De forma específica le retó a desvelar su posición sobre la subida del salario mínimo a 800 euros, después de que Mariano Rajoy se mostrara en contra. "Quiero saber qué piensan los del salario máximo de si es bueno subir el salario mínimo", aseguró.

El presidente reiteró el ahorro de 70.000 millones de euros y los 52.000 millones del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, y aseguró que con otra legislatura socialista se habrán duplicado las pensiones mínimas. "Eso es cohesión", concluyó.