Los responsables de la prisión remitieron recientemente a Interior un informe en el que piden que Guerra pase del tercer grado en el que estaba, en cumplimiento de una condena anterior a la muerte de Zabaleta, al segundo.

La propuesta de la cárcel era preceptiva después de que la juez que invetiga la muerte del hincha realista decidiese su libertad provisional, debido a que, aunque había "múltiples pruebas incriminatororias" en su contra, el principal testigo que lo inculpaba se retractó.

La petición de Junta de Tratamiento, según las fuentes consultadas, se justifica por el carácter violento del recluso, que se manifestado en el mismo centro penitenciario con afirmaciones racistas y antisociales.

La regresión al segundo grado, de ser concedida por la Dirección General de Institucione Penitenciarias del Ministerio del Interior, supone que en ningún caso Guerra saldrá de prisión, a pesar de que la juez que lleva la investigación por el asesinato de Zabaleta le haya dado la libertad provisional.

Guerra se encontraba en tercer grado penitenciario -sólo tenía que ir a dormir a la cárcel- cuando presuntamente participó el 8 de diciembre de 1998 en los incidentes ocurridos antes del partido entre el Atlético de Madrid y la Real Sociedad, y que concluyeron con el apuñalamiento del seguidr realista.