De lo 62 millones, las autoridades gallegas destinarán 50 a la creación de infraestructuras, tales como cercados, abrevaderos y comederos, y los otros 12 a la compra, transporte y ubicación de la reses.

Los objetivos del programa son recuperar esas especies y potenciar económicamente algunas zonas deprimidas a través de las explotaciones cinegéticas.

Asimismo, el Ejecutivo gallego considera que el deporte de la caza puede fomentar el turismo rural en áreas deprimidas, incrementando así el nivel de vid de sus habitantes y creando nuevos puestos de trabajo.

Además, la reintroducción de esas especies en zonas boscosas de vegetación densa disminuirá los riesgos de incendios forestales y aumentará el pastoreo.

Antes de permitir la caza controlada del corzo, la Xunta tiene previsto realizar un estudio previo sobre la implantación y adaptación de esa especie a los ecosistemas gallegos.

Respecto al ciervo, las autoridades regionales iniciarán la reintroducción de ejemplares en las provincias de rense y Lugo, fundamentalmente en montañas recientemente abandonadas.

La presencia del muflón, originario de Córcega, en Galicia, la justifican argumentando que aumentará la riqueza cinegética de esta comunidad autónoma.

El rebeco, extinguido a finales de la guerra civil; el jabalí, y la cabra hispánica, calificada por el Ejecutivo gallego como "símbolo recuperable de muchas zonas de alta montaña", completan el programa de reintroducción de especies cinegéticas.