"Estamos profundamente preocupados por la devastación que este terremoto causa en un país que ya está sumido en la pobreza extrema, la sequía y el empeoramiento de la situación política, económica y de seguridad. Esto afectará aún más a cientos de miles de personas ya vulnerables en el país, y aumentará su sufrimiento", señaló la directora nacional en funciones de World Vision en Afganistán, Larisa Klepac.

Además, según Klepac, "este terremoto no es más que el último desastre en un país que se enfrenta a la hambruna masiva y al colapso económico”. Según los últimos informes, se ha confirmado la muerte de al menos 950 personas en las provincias de Paktika y Khost, a las que se suman 600 heridos y pueblos enteros destruidos.

Los helicópteros están actualmente en tierra y tratan de llevar a los heridos al hospital situado en otras provincias, según un comunicado de World Vision. El “número de muertos y heridos aumenta mientras los residentes intentan sacar a los supervivientes y a las víctimas de las casas y edificios en ruinas". La agencia humanitaria aseguró que los hospitales y centros médicos "están inundados de pacientes heridos por el terremoto".

"Con más de la mitad de la población de Afganistán viviendo en la pobreza y más de 20 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, la crisis humanitaria en este país ya está fuera de control, y miles de familias están una vez más devastadas por otro acontecimiento que escapa a su control", concluyó Larisa Klepac. Desde World Vision se hace un llamamiento al Gobierno y a los donantes internacionales para que “aumenten rápidamente la financiación y el apoyo operativo para seguir salvando vidas”.