Según informa esta ONG en un comunicado, hay más de dos millones de personas afectadas tras el paso del ciclón, "la mayoría ya vivía en condiciones de pobreza y ahora tienen muchísimas dificultadas para recuperarse de esta catástrofe", señala Dean Hirsch, presidente de World Vision Internacional.

"Nuestra principal preocupación son los niños de Myanmar quienes son especialmente vulnerables a este tipo de emergencia. La comunidad internacional debe proporcionar rápidamente refugios temporales, agua potable y comida, porque en estas circunstancias las enfermedades infecciosas ponen en especial peligro la salud de los niños", agregó Hirsch.

El director de World Vision Myanmar, James Tumbuan,calificó la situación como caótica: "Yangon está totalmente colapsado. Todas las carreteras están bloqueadas y obtener agua potable es un problema. Ahora necesitamos urgentemente sistemas de purificación de agua porque no tendremos electricidad en días".

En los próximos días, el personal de World Vision en las zonas afectadas continuará entregando material de primera necesidad y evaluará las posibilidades de comenzar proyectos de rehabilitación y reconstrucción.