VUELCO EN EL TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA
- La Sociedad Europea de cardiología apoya la utilización de betabloqueantes
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El Grupo de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología ha refrendado en Antibes (Francia) el uso de fármacos betabloqueantes en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, patología caracterizada por un mal fucionamiento del bombeo del corazón y que produce anualmente en España 5.000 muertas directas y unas 30.000 indirectas.
El respaldo a los betabloqueantes de tercera generación durante la reunión de Antibes que concluye mañana, domingo, introduce una pequeña revolución en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ya que, hasta la reciente publicación de varios estudios clínicos sobre el tema, estos fármacos habían sido totalmente prohibidos en el tratamiento de esta patología.
El doctor Michael owler, del Centro Méedico de la Universidad de Stanford, de EEUU, es uno de los investigadores del último estudio realizado sobre el tema y publicado el 23 de mayo en `The New Eugland Journal of Medicine' afirmó que un betabloqueante de tercera generación (el `carvedilol') reduce en un 65% el riesgo de mortalidad en estos pacientes.
"En sólo seis meses de administración del fármaco", explicó, "observamos además que reducimos en un 27% el riesgo de hospitalización por otros problemas cardiovasculares yen un 36% la hospitalización directa por insuficiencia cardíaca".
Este estudio da un vuelco en las pautas seguidas hasta ahora por los cardíologos en el tratamiento de esta patología. El doctor John Cleland, vicepresidente del grupo de trabajo, recordó que estudios realizados en los años 60 no habían demostrado beneficio alguno para estos pacientes, sin embargo, hoy, con dosis menores y empleando betabloqueantes de tercera generación, se ha conseguido un mejor estado físico del enfermo y una mayor suprvivencia.
"Ahora, nuestro gran empeño", añadió, "es volver a formar a los médicos para que sepan cómo utilizar estos fármacos, con dosis pequeñas en el inicio del tratamiento que van aumentando progresivamente".
Ambos confían en que estudios posteriores, como el que se iniciará en breve en Nueva Zelanda y Australia, afinen un poco más sobre las dosis y el momento en que se inicia el tratamiento de una enfermedad por la que la mitad de los hombres diagnosticados fallecen antes de un año y la mita de las mujeres afectadas mueren en tres años.
(SERVIMEDIA)
08 Jun 1996
EBJ