En la sesión de control en el Congreso de los Diputados, Olona preguntó a Díaz: “¿Por qué le ofende que se diga que ha sobornado a los sindicatos de clase para que se conviertan en plataformas suyas personales?”. Era una especie de secuela de la cuestión que le formuló la semana pasada: si “está utilizando a los sindicatos de clase como plataformas suyas personales”.

Como el miércoles pasado, Díaz contestó inicialmente que su interlocutora “sigue teniendo un problema con la Constitución y su artículo 7”, que define a los sindicatos y la patronal como “un elemento central de nuestra democracia”. Olona contraatacó retándola a no perderse hoy mismo las declaraciones que hará ante el Tribunal Constitucional anunciando el “recurso número 33” que presenta Vox contra medida del Gobierno.

Seguidamente, recordó la huelga general que la UGT liderada por Nicolás Redondo montó al Gobierno de Felipe González y las ocho que llevan convocadas los sindicatos franceses y aseguró que, con la subida de la luz, la gasolina y la cesta de la compra, “los ciudadanos se preguntan dónde están los sindicatos de clase, UGT y CCOO”.

SOBORNO

Denunció que sólo han salido a la calle para pedir la excarcelación de etarras y contra la reclamación del 25% de castellano en las aulas catalanas y concluyó que “una ministra de Trabajo comunista ha intentado robar al pueblo su derecho a la protesta sobornando a los sindicatos de clase” con unas subvenciones un 56% superiores a antes de que ella tomara posesión.

Ahora, prosiguió, “la última traición” de UGT y CCOO es haberse “alineado nuevamente con el Gobierno” ante la huelga de transportistas, pidiendo según ella que “sea reprimida con dureza”.

Abanderando la causa del sector, se mofó de que primero intentara decirse que eran pocos y luego que son de Vox y quieren desestabilizar al Gobierno. “No son terroristas; son transportistas y tienen el absoluto apoyo de los españoles”, diagnosticó, antes de terminar desafiando al Gobierno: “Adelante, ustedes han perdido las calles”.

En su réplica, la vicepresidenta citó una frase del “jefe del chiringuito que ha montado el señor Abascal”, el sindicato Solidaridad; recordó que el franquismo metía en la cárcel a los sindicalistas, entre ellos a su padre, y afirmó que, si hay sindicatos fuertes, el programa laboral que esgrime Vox “jamás podrán llevarlo a cabo”, con reducción de la indemnización por despido, contratos basura para los jóvenes, rebaja de las pensiones y sin negociación colectiva.

Díaz terminó apuntando que hay una medida del programa de Vox que sí depende sólo del propio partido: acabar con la financiación pública de las organizaciones políticas. Por eso, le invitó a “devolver los 10 millones de euros que cada año recibe Vox”. “Tienen la oportunidad de hacerlo y dejar de engañar a los españoles”, remató.