La universidad ha declarado en un comunicado que la autopsia no ha determinado la causa exacta de la muerte, aunque las agencias federales que participan en el estudio han pedido un esclarecimiento de los hechos. Al parecer, el estudio pretendía probar una teoría sobre cómo responde el cuerpo humano a varios estímulos.

En concreto, el estudio se basaba en la inhalación del fármaco "hexamthonium" para determinar cómo protege al pulmón del estrechamiento de las vías respiratorias. Veinticuatro horas después de inhalar el producto, el voluntario padecía tos seca, respiración entrecortada, dolores musculares y fiebre.

Dos días después, el voluntario ingresó en el hospital; a los diez días, la Johns Hopkins anunció la suspensión del estudio, y tres semanas más tarde murió. Hasta ahora, el "hexamethonium", usado sólo de manera experimental, se ha empleado en diversos estudios sobre fisioloía pulmonar en centros médicos líderes, sin que se hubieran producido efectos adversos.