Martín, que fue miembro fundador de COVITE en 1998, asegura que su decisión ha sido "muy pensada y reflexionada" y que la ha tomado sin la intención de hacer daño a nadie.

"Me voy porque desde hace meses sentía que tras las reuniones salía con más odio y peor que como entraba. Muchas veces, en vez de suponer un bálsamo a la erida, era echar más vinagre", manifestó.

Explicó que últimamente se sentía en "clara posición de minoría", al representar a la única víctima de los GAL y, también, por no estar del todo conforme con las "fuertes críticas" que desde COVITE se vertían contra el nacionalismo.

"Puede ser que el nacionalismo no lo esté haciendo bien, que Ibarretxe puede hacer cosas mal, pero pedir su dimisión, por ejemplo, como decidir no acudir a la manifestación convocada por él no correspondía a la asociación", dio Martín.

La viuda de García Goena cree que muchos otros familiares de víctimas "piensan lo mismo que yo", es decir, "estamos en contra del discurso negativo, instalado continuamente en el 'no' y a favor de una mayor compañía y calor humano".

Respecto a la posibilidad de presentar al Gobierno una solicitud para la concesión a García Goena de la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, Martín considera que su marido no había hecho ningún mérito para ganársea y que "a veces pienso que si la pidiera y me la concediesen se la enviaría a Felipe González. Eso lo pienso en los momentos de crisis".