Ollero manifestó en los pasillos de la Cámara Baja que "hay que presumir en el juez que ha actuado con prudencia y que ha tenido en cuenta los elementos de juicios disponibles, pero nunca hay, para ningún ser humano, la garantía total de cuálva a ser la conducta futura de otro".

Explicó que casos como éste, en el que un recluso a régimen abierto vuelve a reincidir, "no se pueden solucionar con cambios legales" y que lo "más fácil" para garantizar la seguridad sería no conceder nunca un tercer grado, "pero sufrirían los derechos de los reclusos".

"Sea cual sea la ley penitenciaria que está en vigor, siempre que un juez dicta una resolución, siempre corre un riesgo porque la dicta con unos elementos de juicio, pero su capacidad de prevsión de las consecuencias prácticas, de la conducta futura, nunca tiene una certeza plena", reiteró.

Según Ollero, las medidas que un juez toma "en garantía y defensa de los derechos de un recluso" para garantizar su posible reinserción "implican siempre un riesgo, aunque compartimos la tragedia que se ha producido para la familia. El derecho hay cuestiones que nunca va a solucionar".