La operación se desarrolló alrededor de la una de la madrugada, cuando los funcionarios del SVA decidieron inspeccionar un yate de ljo sobre el que recaían algunas sospechas.

En el momento de la inspección, el barco, de bandera inglesa, se encontraba sin tripulación a bordo y almacenaba el hachís en la cámara de proa.

A pesar de que los agentes no pudieron realizar ninguna detención, fuentes del SVA señalaron que se sigue tras la pista del último comprador de la embarcación, un individuo de nacionalidad italiana.

El hachís, que se encontraba empaquetado en 32 fardos podría haber alcanzado en el mercado negro un valor cerano a los 3.000 millones de pesetas.

Con este decomiso, los agentes del SVA en la provincia han conseguido aprehender a lo largo del presente año más de 12 toneladas de este tipo de drogas.