EL VICEPRESIDENTE DEL SENADO ACHACA AL "PARTIDISMO" POLITICO LA DEMORA N REFORMAR LA CAMARA ALTA
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El vicepresidente del Senado, Joan Rigol, achacó hoy al "partidismo" político la demora que está sufriendo la reforma, tanto reglamentaria como constitucional, de la Cámara Alta.
Rigol hizo estas manifestaciones en rueda de prensa en el Senado, a modo de despedida en su cargo de vicepresidente primero de la institución parlamentaria, que oupa desde 1993. CiU le ha propuesto para presidir a partir de ahora el Parlamento catalán.
El "número dos" del Senado explicó que, de cara a la reforma de la institución, la pretensión inicial de los grupos parlamentarios implicaba "no tanto la modificación de la Carta Magna como la búsqueda en ésta de aquellos elementos que pudieran encajar en las funciones de futuro del Senado", siempre en el marco del modelo autonómico vigente.
Igualmente, subrayó que los trabajos emprendidos por los partidos n este sentido perseguían convertir la cámara parlamentaria "en una institución de encuentro y de colaboración entre las comunidades autónomas y el Estado".
No obstante, lamentó la suspensión de las conversaciones hace unos meses y enjuició que "es muy difícil avanzar institucionalmente cuando la política se reduce a una interrelación partidaria, a veces conflictiva y de difícil punto de encuentro".
Rigol, en su doble condición de senador por CiU, hizo acto de contricción y admitió que en la demoa de la reforma del Senado "todos nos dejamos arrastrar en todos los temas por actitudes partidarias". Sin embargo, agregó que son las mayorías parlamentarias las que tienen más responsabilidad.
"Cuando hay un posicionamiento público tan claro como es una moción sobre la reforma constitucional del Senado", comentó, "lo que no vale es dar la callada por respuesta y que la cosa quede así un poco como que no avanza y no se sabe bien por qué".
Acerca de la voluntad del Gobierno de propiciar las reforas necesarias para dotar de mayor contenido y funciones al Senado, Rigol se mostró cauto, "por mi condición institucional del cargo", dijo.
No obstante, comentó que "mi queja como vicepresidente segundo es la de no saber a qué atenerme, porque uno, para ser comprensivo, debe tener la complicidad del otro y, en este sentido, no he tenido los elementos de juicio para saber por qué las cosas iban evolucionando como iban, es decir, estando paradas".
Concluyó diciendo que "seguramente hay una situació mucho más revuelta desde el punto de vista autonómico en los dos últimos años que hace cinco o seis y, ante una situación como ésta, lo mejor es echar el freno de mano o ir buscando un camino de futuro para encontrarlo, lo que depende de la responsabilidad institucional de cada uno".
(SERVIMEDIA)
02 Nov 1999
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