La asociación ecologista presentó hoy a los medios de comunicación el resultado del informe en una rueda de prensa en el buque "Rainbow Warrior", cuyos tripulantes protagonizaron ayer un actode protesta al devolver los residuos al interior de la factoría por medio de bombas de agua.

El informe, titulado "Contaminación por organoclorados del río Ebro: estudio preliminar de una fuente industrial puntual", recoge los resultados de los análisis de las muestras de aguas residuales y sedimentos de 14 de las tuberías por las que Erkimia arroja sus vertidos tóxicos, muestras que fueron tomadas en mayo de 1992 por los tripulantes de otro de los buques de la organización, el "Sirius".

De acuero con el estudio, los niveles de PCB y DDT (productos tóxicos) detectados son los más elevados encontrados hasta el momento en el Mediterráneo y sobrepasan "miles de veces" las cantidades recomendadas para salvaguardar la salud pública.

Los ecologistas explicaron que ambas sustancias son persistentes y liposolubles y se acumulan en las grasas de insectos y moluscos, por lo que afectan, por vía alimentaria, a los delfines e incluso al ser humano, que puede sufrir cáncer, depresión del sistema inmunológco y problemas de desarrollo y aprendizaje.

Según Greenpeace, Erkimia ha asegurado en una nota a los medios de comunicación que dejó de producir estas sustancias en los años 80, por lo que la organización estima que su origen se debe a la acumulación de residuos tóxicos para incinerar en la fábrica de Flix.

El informe recoge también el resultado de los análisis de PCB y DDT efectuados a peces y aves del delta del Ebro, que presentan las concentraciones más elevadas de estas sustancias en todo el editerráneo.

Además, recuerda que el delta del Ebro es una zona de intensa actividad agrícola, pesquera y marisquera y uno de los parajes naturales de mayor relevancia en el Mediterráneo, por lo que la presencia de estos contaminantes es "muy preocupante".

Destaca asimismo que este mar es especialmente vulnerable a la contaminación por organoclorados, al tratarse de un mar semicerrado y con débiles corrientes costeras, lo que provoca la acumulación de los productos tóxicos.

El estudio conclue afirmando que es necesario realizar un informe más profundo y extenso para determinar el grado de contaminación del delta del Ebro, así como paralizar los vertidos de Erkimia al río y controlar los sedimentos de la cuenca fluvial en los alrededores de Flix para evitar la movilización de los compuestos tóxicos que contienen.