Los vertidos se están realizando "bajo la estricta supervisión de los técnicos" en una zona del basurero "que nada tiene que ver con el desplomado vertedero antiguo", según aclaró el alcalde coruñés Francisco Vázquez, quién explicó que "parte de la basura se compacta y reutiliza en la construcción de los diques de contención que se están levantando en la zona donde persiste el peligro de nuevas avalancahas".

En totl son 400.000 ciudadanos los que aportan su grano diario de basura a la zona nueva del vertedero de Bens, habitantes de los municipios de Arteixo, Betanzos, Culleredo y Sada, entre otros, aunque se ha tomado la precaución, añadió Vázquez, de hablar con el presidente de la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), Jesús Palmou, a la vez consejero de Justicia, Interior y Relaciones Laborales de la Xunta, "para que en su caso esté previsto en Cerceda el posible envío de basura".

Después de un año de tra y afloja, el municipio de Cerceda aceptó hace meses acoger la planta incineradora que la Xunta tiene previsto construir en colaboración con Unión Fenosa, accionista mayoritario de Sogama, para el aprovechamiento energético de los residuos urbanos generados en Galicia.

Fue precisamente la aprobación por parte de la Xunta del proyecto de Sogama lo que dio al traste con el plan de construcción de una planta de reciclaje elaborado en 1990 por la Mancomunidad de Municipios de La Coruña. La anulación de ste primer proyecto y la aceptación, tras fuertes reticencias, del plan Sogama por parte del alcalde coruñés justificarían la continuación de los vertidos en Bens, a la espera de que la Xunta acometa definitivamente la construcción de la planta incineradora.