Además, al estancamiento del consumo, uno de los elementos que afectan negativamente a las ventas de carburantes, se suma ahora el buen comportamiento climático y las abundantes lluvias, que están permitiendo generr enegía en plantas hidráulicas y recurrir menos a la generación eléctrica con centrales de fuel.

Como consecuencia del buen nivel de los embalses hidráulicos, que ha pasado de un 43% a primeros de año a más del 60% a finales de enero, las ventas de fuelóleos para generación eléctrica, modalidades 1 y 2, han caído en un 13,9% y un 39,6%, respectivamente.

En el caso de los combustibles de automoción y calefacción, el panorama no es más alentador, ya que al retroceso en las ventas de gasolinas se sma ahora un cambio de tendencia en los gasóleos, que de venir registrando aumentos significativos se paralizó en enero con un tímido retroceso del 0,1%.

Por modalidades, el mercado de gasóleo A creció un 4,7% con un total de 787.862 toneladas vendidas, y el tipo B, que disfruta de bonificaciones aumentó un 2,2% (154.818 toneladas), mientras que el C, de uso en calefacción, descendió un 9%.

Pese a todo, el balance global de ventas del sector arroja un saldo ligeramente positivo, con un incremento el 1,3% respecto a enero del 95, empujado fundamentalmente por el buen comportamiento de la demanda turística y el consumo de querosenos para aviones, que creció un 18,4%.